EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
lunes 09 Septiembre 2013
Lunes de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario
Carta de San Pablo a los Colosenses 1,24-29.2,1-3.
Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a
los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia.
En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan
divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios,
el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso
manifestar a sus santos.
A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este
misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria.
Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en
la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo.
Por esta razón, me fatigo y lucho con la fuerza de Cristo que obra en mí
poderosamente.
Sí, quiero que sepan qué dura es la lucha que sostengo por ustedes, por los de
Laodicea y por tantos otros que no me conocen personalmente.
Mi deseo es que se sientan animados y que, unidos estrechamente en el amor,
adquieran la plenitud de la inteligencia en toda su riqueza. Así conocerán el misterio
de Dios, que es Cristo,
en quien están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Salmo 62(61),6-7.9.
Sólo en Dios tendrás tu descanso, alma mía,
pues de él me viene mi esperanza.
Sólo él es mi roca y mi salvador,
si es mi fortaleza, no he de vacilar.
Pueblo mío, confíen siempre en él,
abran su corazón delante de él,
Dios es nuestro refugio.
Evangelio según San Lucas 6,6-11.
Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que
tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en
sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.
Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano
paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". El se levantó y
permaneció de pie.
Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal,
salvar una vida o perderla?".
Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió
y su mano quedó curada.
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra
Jesús.
Comentario del Evangelio por:
San Atanasio (295-373), obispo de Alejandría, doctor de la Iglesia, Padre
de la Iglesia Oriental
Contra los paganos; SC 18, pag. 190
Una curación el sábado: señal de la consumación de la creación
Este mundo es bueno, tal como está hecho y tal como le vemos, porque Dios lo
quiere así. Nadie tiene duda de ello. Si la creación fuera desordenada, si el universo
evolucionara por azar, uno podría poner en duda esta afirmación. Pero como el
mundo ha sido hecho con sabiduría y ciencia, de manera razonable, ya que está
ataviado de toda belleza, no puede ser otro el que lo preside y lo organizó que la
Palabra de Dios, su Verbo...
Siendo la Palabra buena por ser de Dios bueno, esta Palabra ha dispuesto el orden
de todas las cosas, ha reunido los contrarios con los contrarios para formar una
única armonía. Es ella “poder de Dios y sabiduría de Dios” (cf 1Cor 1,24) que hace
moverse el cielo y que suspende la tierra sin que repose en lugar alguno. (Hb 1,3)
El sol ilumina la tierra por la luz que recibe de la Palabra y la luna recibe su medida
de esa luz. Por ella, el agua queda suspendida en las nubes, las lluvias riegan la
tierra, el mar guarda sus límites, la tierra se cubre de plantas de toda especie (cf
Sal 103)...
La razón por la que esta Palabra de Dios ha venido hasta las criaturas es realmente
admirable... La naturaleza de les seres creados es pasajera, débil, mortal. Pero
como Dios, por naturaleza, es bueno y magnífico y ama a los hombres..., viendo,
pues, que la creación, por ella misma, se disuelve y se escurre, para evitarlo y para
que el universo no vuelva a la nada..., Dios no la abandona a las fluctuaciones de
su naturaleza. En su bondad, por su Palabra, Dios gobierna y mantiene toda la
creación... Por eso, no corre la suerte de la aniquilación que sería la suya si la
Palabra no la guardara. “Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de
toda criatura. En él fueron creadas todas las cosas, las del cielo y las de la tierra,
las visibles y las invisibles: tronos, dominaciones, principados, potestades, todo lo
ha creado Dios por él y para él...Él es también la cabeza del cuerpo, que es la
Iglesia.”
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”