XXV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Padre Emilio Betancur Múnera
JESÚS EXIGE TRANSPARENCIA.
La mayoría de las familias ricas de la palestina eran extranjeros que entregaban sus
propiedades a administradores de toda su confianza. Uno de ellos malgastó los
bienes de su patrón razón para perder su trabajo. Ante el inminente despido no es
capaz de buscar trabajo por su edad, ni pedir limosna por vergüenza. Una de las
cosas más difíciles para la condición humana es bajar de nivel social en buena parte
porque se afecta totalmente el “ego” y la imagen personal de la familia. Entonces el
administrador convoca a los deudores del dueño y en lugar de cobrarles lo que
deben, así se quede sin las ganancias que le corresponden, pero que lo tengan en
cuenta cuando tenga que dejar el trabajo.
LIMOSNAS O FRATERNIDAD.
Quien elogió lo hecho por el administrador fue el patrón y no Jesús. Lo elogiable no
es la falta de ética sino la habilidad para salir de una situación crucial. El despido
fue por la mala administración más que por las rebajas hechas a los deudores. La
parábola no trata de la ayuda a necesitados con dineros mal habidos, limosnas
blanqueadas, en eso también hay equivocadas experiencias pastorales. De lo que
no puede haber duda es del dinero injusto, que se obtiene por acciones de
inequidad o por arrebato indebido a los pobres.
Jesús se está dirigiendo a la comunidad de discípulos que lo siguen hacia la cruz,
por lo tanto, no es un problema de limosnas sino de acciones de fraternidad y
comunión que fortalezcan la comunidad cristiana “Todos los creyentes vivían unidos
y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio
entre todos ,según la necesidad de cada uno… partían el pan por las casas y
tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón” (Hecho 2,44-46).:
“Escuchen esto los que buscan al pobre sólo para arruinarlo y andan disminuyendo
las medidas, aumentando los precios, alterando las balanzas, obligando a los
pobres a venderse ,por un par de sandalias los compran y hasta venden el salvado
como trigo. El Señor, gloria de Israel, lo ha jurado: No olvidaré jamás ninguna de
estas acciones” (Segunda lectura). “El levanta del polvo al desvalido y saca al
indigente del estiércol para hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo
(Sal 112).
Si la comunidad cristiana por sus acciones con los pobres es el lugar de los justos,
las moradas eternas serán para estos justos.
INFIELES EN LO POCO…
los bienes que Dios entrega al creyente son para servir a los demás, pero no se
puede servir a Dios y al dinero, pues se odiará a uno y se amará al otro, o se
apegará al primero y se despreciará al segundo (Evangelio)
No estamos interesados en saber que la crisis social, política e incluso religiosa de
hoy tiene como raíz el poder seductor del dinero que termina separándonos de
Dios, o teniendo dos vidas paralelas: Una con prácticas religiosas, aparentemente
piadosas, y otra con el corazón inundado de la ambición por tener más. Eso puede
ocurrir en la religión pero no en la fe.
Al mal administrador no se le pueden confiar los bienes que son para crear
fraternidad y comunidad; máxime cuando algunos de ellos son bienes de la
Comunidad. Pablo diría: lo que se les exige a un administrador es que sea fiel”
(transparente) (Cor 1, 4,2).Cuando esto no se cumple la iglesia por una
misericordia mal entendida, ronda los límites de la impunidad, haciendo honor al
dicho de “caer parado”.
Quien sirve al dinero organiza su vida con valores opuestos al evangelio perdiendo
la posibilidad de ser más humano y quien sigue a Jesús en su Palabra sabe más de
humanidad por su fraternidad, solidaridad y sensatez frente al dinero.