Lectio Divina: XXV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: Amós 8,4-7; Salmo 112; 1 Timoteo 2, 1-8; Lucas 16,1-13
Ambientación: Recortes de revistas con anuncios publicitarios que nos aseguran
una vida mejor. Al lado de estos recortes, colocamos diversos carteles de las
necesidades de los hombres y mujeres de hoy.
Cantos sugeridos: Cuando el pobre nada tiene
Ambientación
El Evangelio de hoy nos muestra la gratuidad del perdón y la alegría gozosa de la
misericordia de Dios para con los pecadores y para quienes son considerados como
“injustos” por la gente.
Dios nos conoce y por eso nos concede su perdón de modo total; un perdón que
nos llena de alegría a nosotros que lo alcanzamos y un perdón que llena de alegría
al mismo Dios que lo otorga.
Oración inicial
Señor Jesús
Tú que nos dices que
quien es fiel en lo poco
también lo es lo mucho,
y que quien no es fiel en lo poco
tampoco lo será en lo mucho,
al dejarnos estas enseñanzas
donde nos invitas a ser astutos y precavidos
en las cosas referentes a la vida eterna,
te pedimos que nos ayudes,
a tener la actitud de fidelidad
y la disposición de docilidad
para estar atentos a lo que nos pides,
buscando que seas Tú
el único y verdadero
sentido de nuestra vida,
el único a quien seguimos y amamos,
por quien y para quien, vivimos.
Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Lucas 16,1-13
Motivación: Camino de Jerusalén, el Maestro continúa enseñando. EL seguimiento
de Jesús exige la exclusividad: nadie puede servir a dos señores. Los bienes
materiales son un instrumento más para la construcción del Reino, no un fin en sí
mismos. Escuchemos:
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura
¿Qué se le reprocha al empleado? ¿Qué le plantea su patrón?
Fíjate en la forma de actuar de ese administrador. ¿Qué persigue con su
comportamiento?
¿Qué es lo que se alaba en la actitud del administrador?
Tras la parábola se proponen tres aplicaciones de la misma:
Vv. 8b-9: ¿cómo deben utilizarse, según estos versículos, los bienes materiales?
Vv. 10-12: ¿Qué elementos se contraponen en cada caso? ¿Cuál es la enseñanza
que se desprende?
v. 13: ¿cuál es el planteamiento radical?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mt 25,21; Lc 18,18-30; Lc 19,11-27; Mt 6,24.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Para recorrer el camino de la vida, el Señor ha puesto en nuestras
manos unos bienes: el uso que hagamos de ellos dependerá de la meta que
queramos alcanzar. Es necesario ser astutos y sagaces para no tropezar ni errar el
camino hacia el Reino.
Pensemos en nuestra relación con los bienes materiales. ¿Son una ayuda o una
dificultad en nuestra vida como discípulos de Jesús? ¿Vivimos para Dios o para el
dinero?
¿Cómo “administro” lo que se me ha confiado en los distintos ámbitos y aspectos de
mi vida: afectos, posesiones, responsabilidades, dinero, etc.?
¿En la “administración” de las “cosas de Dios” soy superficial o busco con
inteligencia ser astuto y sagaz para que el Reino de Dios realmente se difunda entre
los hombres?
¿Es Dios el dueño, el amo, el centro de mi corazón o los bienes y el dinero se
apoderan de mi vida?
¿Vivimos nuestro día a día desde la promesa del cielo? ¿Qué hacemos para orientar
cada paso de nuestro caminar hacia ese futuro prometido?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Pidamos a Dios que nos dé un corazón sensato, capaz de reconocer
los bienes verdaderos. Necesitamos, también, una importante dosis de audacia, que
nos ayude a responder desde las exigencias del Reino a las cuestiones que se nos
plantean en nuestra vida diaria.
Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra oración (o
todos juntos)
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo.
(Salmo 112)
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación : San Vicente nos dice: “la razón por la que nuestro Señor quiere que
se renuncie a todo, es que, al hacerlo así, necesariamente hay que amar a Dios. El
corazón tiende hacia el amor lo mismo que la piedra tiende hacia abajo y el fuego
hacia arriba, como su centro… Por eso, si Dios nos ha destetado de todos los
bienes, ha sido para que le amásemos con todo nuestro corazón, con todas
nuestras fuerzas; pues es un Dios celoso. ¡Quiera Dios que tengamos este espíritu
de pobreza, sí, este espíritu de pobreza! ¡Entonces amaremos a Dios
perfectamente!” (XI, 657)
¿Qué mensaje nos deja este texto de Lucas? ¿cómo lo podemos vivir?
¿En qué aspectos concretos tengo que mejorar para ser fiel en lo poco?
En esta situación de pobreza y de exclusión, ¿cómo podemos ser una comunidad
que está al servicio del Dios de la Vida, alentándola, acogiéndola, favoreciéndola,
agradeciéndola?
Oración final
Señor Jesús,
Tú nos dices que nadie
puede servir a dos señores a la vez,
porque amará a uno y odiará a otro,
por eso, Señor, ahora que nos haces ver
la necesidad de que nuestro corazón
sea solo tuyo, y que nuestra vida,
refleje y manifieste tu vida,
que todo lo que hagamos y digamos,
exprese tus enseñanzas,
te pedimos que nos des la gracia
de hacer vida lo que nos pides,
de imitar tus actitudes,
y así ser fieles
en todo lo que nos pides,
ya sea mucho o poco,
pero fieles y auténticos,
como nos pides y como lo fuiste Tú
Que así sea.
Con permiso de somos.vicencianos.org