Comentario al evangelio del Sábado 28 de Septiembre del 2013
El evangelista nos lleva otra vez al contraste entre el éxito actual de Jesús y el futuro sombrío que le
espera. Es la segunda predicción explícita de la pasión, lección repetida, por ser difícil de retener:
"metéoslo bien en la cabeza".
Mucho más que de Jesús, Lucas en este caso nos habla de los discípulos, y lo hace con reiteraciones:
no entienden, no captan el sentido, les resulta oscuro. Es extraño que Dios -sujeto indiscutible de la
frase principal, en la forma del llamado "pasivo divino"- entregue a su Hijo, y es aún más extraño que
esa entrega sea la culminación de una vida mesiánica y la fuente de vida para cuantos crean en Él. Hay
un halo de misterio que embarga a los seguidores: "les daba miedo preguntarle". Esta última frase,
tomada literalmente del evangelio de Marcos, tiene allí más sentido, pues, con motivo de la anterior
predicción del sufrimiento,
Pedro se atrevió a intervenir y salió muy malparado. Para nosotros, como para ellos, mejor dejarnos
envolver por el misterio, pasmarnos ante la paradoja, y aceptar que -naturalmente hablando- los
caminos de Dios y los nuestros van en dirección deferente, y nos cuesta mucho comprenderlos, o
darles una explicación "razonable", son caminos nuevos para nosotros para ser recorridos desde la
confianza inquebrantable en Dios.
C.R.