XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Padre Emilio Betancur Múnera
INJUSTICIA Y SUPLICA.
La parábola de hoy es un relato fácil de entender por la actitud de los dos
personajes: Un juez y una viuda que le hace una petición. Tiene similitud con el
amigo inoportuno (Lc 11,5-8).
Con la conducta de los jueces venales Lucas hace el perfil del personaje destinatario
de la súp lica de la viuda. Cuando la justicia se corrompe con mayor razón
Jesucristo acompaña a los pobres. La viuda insiste porque su causa es justa, es
decir está en la verdad y quizás eso inoportuna al juez. Al final no actúa por justicia
sino por egoísmo, es decir, por quitarse de encima la insistencia de la viuda.
“LAS MANOS EN ALTO”
Lucas más que por la conducta del juez se interesa por la actitud de la viuda en su
súplica constante y sin desfallecer hasta ser escuchada.
“Y a￱adi￳ el Se￱or” (expresi￳n pascual) ¿Creen ustedes acaso que Dios no hará
justicia a sus elegidos que claman de día y noche y que los hará esperar?
(Evangelio).La viuda, como todas las víctimas de la injusticia, hace parte de los
elegidos.
La liturgia nos trae a la memoria un evento de Israel en el desierto para elogiar la
obstinaci￳n en la oraci￳n: “Moisés y Aar￳n subieron a la cumbre del monte, y
sucedió que, cuando Moisés tenía las manos en alto, dominaba Israel, pero cuando
las bajaba, dominaba Amalec quien había atacado a Israel por sorpresa. Como
Moisés se cansó, Aarón y Jur lo hicieron sentar sobre una piedra, y colocándose a
su lado le sostenían los brazos” (Primera lectura).
La oración de la comunidad debe estar arraigada en una esperanza: Que obre en
nosotros la muerte y resur rección de Jesús para que cambie nuestra vida. Fue el
Señor resucitado el que cambió el corazón de los discípulos, sacándolos hacia los
demás con la responsabilidad de transformar las personas haciéndolas más
humanas.
NUEVAS INTENCIONES.
En estos días tenemos necesidad de una oración obstinada por los que perdieron
sus apartamentos y los que están en riesgo de perder los suyos, por los que
fallaron en sus responsabilidades profesionales del sector público y privado en
relación a la construcción y sus precedentes, por sus familias que también están
sufriendo mucho, por la justicia para que nos muestre que si vale la pena orar e
insistir en la oración, como la viuda del evangelio. Orar para que sea más fuerte y
rápido el poder de los rostros de las víctimas, “lo humano”, que lo legal.