Comentario al evangelio del Miércoles 23 de Octubre del 2013
Si leemos atentamente el evangelio de hoy veremos que a Pedro no le quedó claro si la parábola se
aplicaba solamente a todos los discípulos o más bien a los líderes de la comunidad. Por eso viene la
segunda parábola que transporta la misma exigencias del “¡Estad preparados!” en el asumir las
responsabilidades típicas de un animador de la comunidad, a quien Jesús llama “el administrador fiel y
prudente” y que se aplica a todos los que sirven a la comunidad.
Cristo nos presenta la vida como una misión: «estar al frente de la servidumbre para darle a tiempo su
ración». Venimos a la tierra para algo, y ese algo es tan importante que de él depende la felicidad
eterna nuestra y de otras personas; o dicho de otro modo, la felicidad de otros será nuestra felicidad.
En el cristianismo no rige eso del «come y bebe que la vida es breve», ni el «vivir a tope», entendido
como aprovechar cada instante para conseguir más placer y más bienestar egoísta.
La característica del administrador “fiel y prudente” es que sabe que los bienes no son suyos, no es
tacaño ni rígido, sabe hacer que alcance para todos la comida. Éste recibirá la “bienaventuranza” de su
Señor y se le concederán funciones de mayor responsabilidad en la comunidad.
Las características del administrador “infiel”: primero se descuida en la vigilancia, se da buena vida, se
aprovecha de las circunstancias; luego, ya no sabe dirigir la comunidad, se pone agresivo y se olvida de
los demás. Primero se olvida de sí mismo y luego de los demás. El castigo es todavía mayor.
Carlos Latorre
Misionero Claretiano
Carlos Latorre