Lectio Divina: XXX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: Eclesiástico 35, 15-17.20-22; Salmo 33; 2 Timoteo 4, 6-8.16-
18; Lucas 18, 9-14
Ambientación: Un recipiente con cenizas, cada participante se hace una cruz en la
frente con la ceniza en gesto de humildad.
Cantos sugeridos: Padre vengo ante ti, No sabía.
Ambientación
Los textos de hoy coinciden en que el Señor no hace oídos sordos a la oración de
los humildes, a quienes le suplican desde la dificultad. Aquel que es manso y
humilde de corazón parece entender mejor las palabras que brotan de un corazón
humilde.
Oración inicial
Señor Jesús,
Tú que tantas veces nos has invitado
a rezar, a encontrarnos contigo,
a buscarte en la oración,
ahora nos haces ver la disposición
y la actitud que debemos tener
cuando te buscamos en ese encuentro;
por eso, Señor,
ya que eres Tú el que nos atraes a ti,
ayúdanos ahora,
a que tengamos la sencillez y la humildad
de llegar a ti con el corazón abierto y confiado
sbiendo de nuestra fragilidad,
esperando todo de ti,
siendo conscientes de que Tú puedes
cambiar nuestro corazón
y darnos las gracias
que necesitamos
para adherirnos siempre más a ti,
viviendo como nos pides.
Que así sea.
AMÉN
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Lucas 18,9-14
Motivación: Dios no necesita que le manifestemos nuestros méritos para
perdonarnos, ni son nuestras obras las que nos justifican y salvan sino que es Dios
quien salva; basta que nosotros reconozcamos nuestra pobreza y nos abramos a su
misericordia. La humildad es la actitud con la que el creyente debe dirigirse a Dios.
Escuchemos:
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura
V. 9: ¿A quiénes se dirige esta parábola? ¿en qué dos partes podemos
dividirla?
V. 13: el protagonista es un publicano, ¿qué le dice a Dios?
La oración del publicano: ¿cuál es su actitud? ¿desde donde reza? ¿con qué
palabras se dirige?
¿Quién regresa a su casa reconciliado? ¿Cuál es la razón que señala el
pasaje?
¿Qué les dice Jesús a los hombres que se sentían tan seguros de sí mismos?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mt 23,12; Lc 16,15; 14,11; 23,28 .
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: También nosotros vivimos en medio de dificultades, sintiendo el
cansancio de la espera y, en ocasiones, el debilitamiento de nuestra fe. Hoy somos
invitados a revitalizar nuestra vida de oración y a animar nuestra fe, en la confianza
de que Dios escucha a quienes claman a Él noche y día.
¿Qué significa para mí hoy estar seguro de mí mismo ante Dios?
¿Qué actitudes del fariseo de la parábola puede haber en mi vida?
¿Me vanaglorio públicamente de lo bueno que hago?
¿Desprecio a los demás por sus faltas o límites? ¿Me burlo de los otros?
¿Busco mirar mi corazón con objetividad para descubrir con equilibrio lo
bueno y lo malo que pueda haber?
¿Tengo conciencia de mis faltas, de mis errores y de mis pecados?
¿Me hago cargo con responsabilidad y humildad de lo que no está bien en mi
vida?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Nos inspiramos en las palabras del publicano para hacer nuestra
oración. Como él, le pedimos a Dios que mire nuestras debilidades y se
compadezca de nosotros. En su misericordia somos reconciliados como hijos
queridos suyos.
Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra
oración (o todos juntos)
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
domingo. (Salmo 33)
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Afirma san Vicente : Sin la humildad, no hemos de esperar ningún
progreso nuestro ni beneficio alguno para el prójimo. Oh Salvador, danos esta
santa virtud, que es tan tuya, que tú mismo enseñaste al mundo y que quieres con
tanto afecto. Y ustedes, hermanos míos, sepan que el que quiera ser un buen
misionero, ha de esforzarse continuamente en adquirir esta virtud y perfeccionarse
en ella evitando sobre todo cualquier pensamiento de orgullo, de ambición y de
vanidad, que son los peores enemigos con los que puede tropezar; hay que
cortarlos en seguida de raíz apenas aparezcan, para exterminarlos, y vigilar con
mucha atención para que no se cuelen en nuestra alma. (XI, 745)
Durante la semana, orar humildemente a Dios, reconociendo su bondad en
nuestra vida.
¿Qué mensaje nos deja este texto de Lucas? ¿cómo lo podemos vivir?
Oración final
Ten compasión de mí,
perdona mis pecados,
mi orgullo,
mi tanto hablar de mí,
pero tú sabes que no tengo a quien más recurrir,
que me escuche como Tú me escuchas,
que me ame como tú me amas
y que me ayuda a ser un verdadero cristiano,
un valeroso ser humano, como tú lo haces.
Dame el don de saberte orar,
saberte amar, saberte defender
y saber anunciar en medio de tantas injusticias
y dolores de este mundo,
sólo Tú puedes darme las fuerzas, y la protección,
por eso pongo todas mis preocupaciones en tus manos,
y pueda yo descansar en ti,
en completo silencio para escucharte.
Con permiso de somos.vicencianos.org