XXXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Padre Emilio Betancur Múnera
ZAQUEO SUBIÓ PARA VER…
El relato de Zaqueo da para muchas interpretaciones pero presentarlo como modelo
de discípulo en el camino hacia Jerusalén es bien sugestivo porque lo que
caracteriza a un discípulo de Jesús es el seguimiento que en el relato viene como el
esfuerzo de ver a Jesús, su respuesta rápida en buen uso de las ganancias teniendo
en cuenta la solidaridad con los pobres y reconocer a Jesús como Señor en la
intimidad de una comida. Además, del “hoy” de la salvaci￳n que convierte para
poder seguir al señor. Y todo esto ocurre en un punto clave en la historia mundial,
el lugar más antiguo del mundo, camino hacia Jerusalén, sitio privilegiado para
pagar impuestos y un buen recuerdo de Leví (Mt 9,10-13).
Zaqueo es un rico jefe de recaudadores, por obvias razanos. El encuentro personal
con Jesús es muy interesante para aprender a orientar el uso de las riquezas y los
negocios rentables y compaginarlos con el seguimiento de Jesús, pero requiere
primero que el mismo Jesús nos de el don de verlo y descubrir su presencia en
nuestros corazones, superando los obstáculos para verlo y sentirlo: las ganancias,
el dinero y el fraude. Al encuentro con Jesús Zaqueo comprendió que los falsos
paraísos fabricados, vendidos o comprados, no son más que castillos de arena que
no dan felicidad, que de estas grandezas hay que bajarse porque son oropel que
lleva al sufrimiento propio y ajeno. Zaqueo al aceptar la propuesta de Jesús se ve
movido a bajar.
BAJO PARA RECIBIR…
Cierto que la gente, como siempre, le impedía ver a Jesús, pero no hay que echarle
la culpa solo a la gente porque zaqueo también “era de baja estatura”, con todo lo
que significaba esta afirmación.
La pregunta, por lo tanto la respuesta, más importante para la primera comunidad
cristiana era saber quién era Jesús. Tenía razón el evangelista Lucas cuando
exageraba un poco los detalles de todo cuanto significaba encontrarse con Jesús:
“devolver cuatro veces más a quienes se había defraudado en los impuestos, hoy la
defraudación o corrupción, va más allá de los impuestos. Zaqueo proponía también
entregar la mitad de sus bienes a los pobres y para tomar esta decisi￳n “se puso en
pie” dando realce a su respuesta. Pablo también se ponía en pie cuando hablaba de
Jesús (Hecho 17,22). Gramaticalmente la promesa de Zaqueo es en presente
indicativo (didomi, yo doy ya), no un futuro, como nosotros acostumbramos a
decirle a Dios.
En la vida de la fe hay que cambiar de valores y puntos de vista en el presente que
es lo que nos pertenece, no podemos estar tan seguros del futuro, lo que cuenta es
“el hoy”, no el ma￱ana.
COMPARTIÓ PARA AGRADECER.
La humildad del pecador es lo que Dios requiere para intervenir: “Al pasar por el
sitio donde estaba el árbol, Jesús levant￳ los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto,
porque hoy tengo que hospedarme en tu casa” y un poco más tarde en la cena,
Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvaci￳n a esta casa, porque también él es hijo de
Abrahán el hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
“El hoy” de la salvaci￳n es el encuentro con Jesucristo muerto y resucitado,
presente en nosotros por la acción del Espíritu, en la casa que no es tanto particular
cuanto la comunidad que es la casa del Espíritu, donde por la comunión hacemos
uso creyente de los bienes. La casa de Zaqueo se convierte entonces en una
prolongación de la comunidad cristiánala casa paterna y materna donde cabemos
todos.
“Se￱or tu perdonas a todos porque todos son tuyos. Se￱or, que amas la vida,
porque tu espíritu inmortal, está en todos los seres: Por eso a los que caen los vas
corrigiendo poco a poco, los reprendes y les traes a la memoria sus pecados, para
que se arrepientan de sus maldades y crean en ti Se￱or” (Primera lectura).El autor
de este texto es un sabio en contacto de la tolerancia griega quien responde en
Alejandría a los judíos por xenofobia y prepara el evangelio de hoy.
“El Se￱or es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para
perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus
criaturas. El Señor es siempre fiel a sus palabras y lleno de bondad en sus acciones
.Da su apoyo el Se￱or al que tropieza y al agobiado alivia”, “Bendeciré al Se￱or
eternamente” (Sal 144).