EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
sábado 02 Noviembre 2013
Conmemoración de todos los fieles difuntos
Libro de la Sabiduría 3,1-9.
Las almas de los justos están en las manos de Dios, y no los afectará ningún
tormento.
A los ojos de los insensatos parecían muertos; su partida de este mundo fue
considerada una desgracia
y su alejamiento de nosotros,
una completa destrucción; pero ellos están en paz. A los ojos de los hombres, ellos
fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad.
Por una leve corrección, recibirán grandes beneficios, porque Dios los puso a
prueba y los encontró dignos de él.
Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto.
Por eso brillarán cuando Dios los visite, y se extenderán como chispas por los
rastrojos.
Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor será su rey para
siempre.
Los que confían en él comprenderán la verdad y los que le son fieles permanecerán
junto a él en el amor. Porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos.
Salmo 27(26),1.4.7.8.9.13-14.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién he de temer?
Amparo de mi vida es el Señor,
¿ante quién temblaré?
Una cosa al Señor sólo le pido,
la cosa que yo busco
es habitar en la casa del Señor
mientras dure mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor
y cuidar de su santuario.
Señor, oye la voz con que a ti clamo,
escucha, por piedad.
Mi corazón de ti me habla diciendo:
«Procura ver su faz».
Es tu rostro, Señor, lo que yo busco,
no me escondas tu cara.
Con enojo a tu siervo no rechaces;
eres tú mi defensa,
¡no me abandones, no me dejes solo,
mi Dios y Salvador!
La bondad del Señor espero ver
en la tierra de los vivientes.
Confía en el Señor, ¡ánimo, arriba!,
espera en el Señor.
Carta de San Pablo a los Romanos 6,3-9.
¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos
sumergido en su muerte?
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo
resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva.
Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya,
también nos identificaremos con él en la resurrección.
Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera
destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado.
Porque el que está muerto, no debe nada al pecado.
Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él.
Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no
tiene poder sobre él.
Evangelio según San Mateo 25,31-46.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se
sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros,
como el pastor separa las ovejas de los cabritos,
y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre,
y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo,
porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de
beber; estaba de paso, y me alojaron;
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.
Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de
comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'.
Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más
pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'.
Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno
que fue preparado para el demonio y sus ángeles,
porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron
de beber;
estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y
no me visitaron'.
Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento,
de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'.
Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más
pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'.
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
Comentario del Evangelio por :
Afraates (¿- c. 345), monje, obispo cerca de Mossul
Las Orientaciones, nº 22, SC 359
Nuestros difuntos viven gracias a él
La gente piadosa, prudente y buena no vive asustada por la muerte por la gran
esperanza que tienen. Todos los días piensan en la muerte como si fuera un éxodo
y el día último en el que nacerán los hijos de Adán. El apóstol Pablo dice: “La
muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado, así
la muerte pasó a todos los hombres” (Rm 5, 14.12)... Así es como ella ha
alcanzado a todos los hombres desde Moisés hasta el fin del mundo. Sin embargo,
Moisés proclamó que su reinado sería destruido; la muerte pensaba tener
prisioneros a todos los hombres y reinar sobre ellos para siempre..., pero cuando el
Altísimo llamó a Moisés desde la zarza ardiendo, le dijo: “Yo soy el Dios de
Abraham, de Isaac y de Jacob” (Ex 3,6). Al escuchar estas palabras la muerte se
vio sacudida, tembló de temor y comprendió... que Dios es rey de muertos y de
vivos y que llegaría el tiempo en que los hombres escaparían a sus tinieblas. Y he
aquí que Jesús, nuestro Salvador ha repetido estas palabras a los saduceos
diciéndoles: “No es Dios de muertos sino de vivos: porque para él todos están
vivos” (Lc 20, 38)...
Porque Jesús ha venido como homicida de la muerte; se vistió de un cuerpo como
el de los descendientes de Abraham, estuvo clavado en la cruz y ha sufrido la
muerte. Esta comprendió que iba a bajar hasta ella. Temblando ha cerrado
fuertemente sus puertas, pero él rompió estas puertas, entró y comenzó a arrancar
a los que la muerte tenía retenidos. Los muertos, viendo la luz en medio de las
tinieblas, han sacado la cabeza fuera de su prisión y han visto el resplandor del Rey
Mesías... Y la muerte, viendo que las tinieblas comenzaban a disiparse y los justos
a resucitar, ha sabido que, al final de los tiempos, él se llevaría a todos sus cautivos
de las garras de su poder.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”