XXXII Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Jueves
El Reino de Dios está dentro de vosotros
I. Contemplamos la Palabra
Lectura del libro de la Sabiduría 7, 22 – 8,1.
La sabiduría es un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, móvil,
penetrante, inmaculado, lúcido, invulnerable, bondadoso, agudo, incoercible,
benéfico, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, todopoderoso, todo
vigilante, que penetra todos los espíritus inteligentes, puros, sutilísimos. La
sabiduría es más móvil que cualquier movimiento, y, en virtud de su pureza, lo
atraviesa y lo penetra todo; porque es efluvio del poder divino, emanación
purísima de la gloria del Omnipotente; por eso, nada inmundo se le pega. Es
reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su
bondad. Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el
universo, y, entrando en las almas buenas de cada generación, va haciendo
amigos de Dios y profetas; pues Dios ama sólo a quien convive con la sabiduría.
Es más bella que el sol y que todas las constelaciones; comparada a la luz del
día, sale ganando, pues a éste le releva la noche, mientras que a la sabiduría no
le puede el mal. Alcanza con vigor de extremo a extremo y gobierna el universo
con acierto.
Sal 118,89.90.91.130.135.175 R/. Tu palabra, Señor, es eterna
Tu fidelidad de generación en generación,
igual que fundaste la tierra y permanece. R/.
Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio. R/.
La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R/.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
enséñame tus leyes. R/.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 20-25
En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino
de Dios.
Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni
anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro
de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el
Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis
detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el
Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado
por esta generación.»
II. Compartimos la Palabra
Dios ama a quien convive con la sabiduría
Sin necesidad de identificar la sabiduría con Dios, lo cierto es que en el texto
bíblico es presentada como un camino y una manifestación del mismo Dios. La
búsqueda y consecuente alcance de la sabiduría es un itinerario espiritual que se
transita con la oración, en el que enraízan las virtudes y, además, procura
bienes sin cuento. Camino de inteligencia creyente es, al tiempo, un monumento
al sentido común, a vivir con los pies en el suelo. Por eso Dios se manifiesta muy
cercano a quien se esfuerza en vivir creyente e inteligentemente, porque tanto
la inteligencia como la misma creencia tienen su origen en el Dios de todos.
Elogio de la sabiduría, sí, pero también elogio de todos los recursos que a
nuestro alcance están para lograr la vida feliz, que es el mejor síntoma de la
sabiduría que alienta Dios.
El Reino de Dios está dentro de vosotros
En ningún momento le fue fácil a Jesús explicar en qué consiste el Reino de
Dios, como tampoco fuera fácil que sus oyentes le entendieran. Había que
desmontar el tinglado que los fariseos tenían en su mente acerca del Reino de
Dios que identificaban con la restauración gloriosa de Israel como nación,
gracias a una acción divina espectacular. Jesús centra el mensaje en la necesaria
colaboración de las personas para que este Reino florezca; porque el contenido
del mismo no es otra cosa que toda la humanidad se humanice, recupere el
primer diseño creador de Dios, restaure la vocación de igualdad y la tensión de
ser imagen y semejanza de Dios. Por eso nos indica que dirijamos la mirada no a
las nubes, ni a la espera de un hecho taumatúrgico más que espectacular, sino
allí donde Dios y el hombre, el Padre y el hijo, el Hacedor y la criatura pueden
siempre encontrarse: debajo de la corbata, al decir de Gloria Fuertes, en ese
punto de luz donde Dios y el hombre comparten vida y misterio, esperanza y
misericordia. El Reino de Dios está a nuestro alcance gracias a que Jesús de
Nazaret nos acerca a un Dios que es, antes que nada, Padre lleno de ternura que
acoge a todos sus hijos, buenos o malos, pecadores o justos.
Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de San Jacinto (Sevilla)
Con permiso de dominicos.org