Lectio Divina: XXXII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: Malaquías 4, 1-2; Salmo 97; 2 Tesalonicenses 3, 7-12; Lucas
21, 5-19
Ambientación: Recortes de periódico que reflejen conflictos y desastres que
suceden hoy en el mundo. Alrededor situamos carteles con frases del evangelio:
“Estén atentos”, “No se asusten”, “No vayan detrás”, “Les servirá para dar
testimonio”…
Cantos sugeridos: Ya no temo, Señor.
Ambientación
Estamos en la recta final del año litúrgico, lo que significa que hemos completado
un tramo más en la historia de la salvación. Hoy, el evangelio nos invita a
mantenernos fieles al mensaje en cualquier momento de nuestra existencia, por
difícil y doloroso que pueda ser. Tener siempre presente nuestro destino final es
imprescindible para recorrer el camino sin errar.
Oración inicial
Señor Jesús,
Tú que viniste a anunciar el reinado de Dios,
a darnos a conocer su proyecto de amor,
también nos dijiste que volverías,
para derrotar definitivamente a la muerte,
y así instaurar y manifestar
el proyecto original del Padre.
Tú nos fortaleces
previniéndonos de las adversidades,
contrariedades y aún persecuciones
que tendremos que pasar para
dar testimonio de nuestra fe en ti.
Por eso, Señor, danos la gracia de ser conscientes
lo que implica seguirte a ti
y vivir de acuerdo a tu voluntad,
para que en todo momento,
te demos a conocer con nuestra vida
y con nuestras acciones y actitudes.
Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Lucas 21,5-19
Motivación: El Evangelio de hoy, aunque hable de destrucción, es un Evangelio de
vida.
Es una invitación a no dejarnos llevar por el miedo a la destrucción sino a vivir la
esperanza de la nueva vida. Jesús nos insiste en que solamente quien persevere en
su fe, alcanzará la vida. Escuchemos:
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura
¿Qué situación da pie a Jesús para iniciar este discurso sobre el fin del
mundo?
V.v. 8-11 : Con un lenguaje propio de la época, el texto frece mensajes de
ánimo, llamadas a la fidelidad y al testimonio en medio de muchas
contrariedades. ¿Qué conflictos pueden encontrarse los discípulos? ¿Qué
recomendaciones da Jesús a sus seguidores?
Vv. 12-19: ¿Qué persecuciones aguardan a los discípulos? ¿Cómo deben
actuar en esa situación? ¿Qué les espera si se mantienen fieles?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mt 24,1-28; Mc 13,1-23; Lc 7,18-23.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Jesús no oculta a sus discípulos que las dificultades y los conflictos
son una realidad en la historia y en la vida de sus seguidores. Hoy nos exhorta a
encarar con realismo y fe madura todas las violencias, conflictos y dificultades que
puedan traer la vida y la historia.
¿Qué me llama la atención de este pasaje?, ¿qué impresión me causa lo dice
el Señor respecto de las señales que indicarán o manifestarán la cercanía de
su regreso?, ¿qué me hace pensar?, ¿por qué?
Vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: Yo soy. ¿Quiénes son los
falsos mesías de hoy? ¿De qué manera nos confunden? ¿Cómo podemos
ayudarnos en este sentido como comunidad cristiana?
¿Qué pienso de las adversidades que tendrán los que siguen al Señor, como
ser persecuciones, engaños, rechazo, traiciones, cárcel y aún la muerte?,
¿qué da a entender esta situación?, ¿qué actitud debemos tener en esos
momentos?
Ni un cabello de su cabeza se perderá. ¿Hasta qué punto somos signo de
esperanza ante los demás por nuestra manera de afrontar las dificultades?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Presentemos juntos al Señor todo lo que nos haya sugerido la lectura
y meditación del pasaje evangélico de hoy. Pidámosle la gracia de ser
perseverantes, vigilantes y orantes en medio de las pruebas cotidianas y las
persecuciones.
Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra
oración (o todos juntos)
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
domingo. (Salmo 97)
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente, escribe al Hno. Juan Barreau, preso injustamente
en Argel, animándolo a perseverar en medio de la tribulación: He sentido
gran consuelo, mayor que cualquier otro, por la mansedumbre de espíritu con que
ha recibido este golpe y aprovecha su estado de prisionero. Doy gracias a Dios con
un sentimiento de incomparable gratitud. Nuestro Señor, que bajó del cielo a la
tierra para redimir a los hombres fue hecho prisionero por ellos; ¡Qué dicha,
querido hermano, poder ser tratado casi de igual forma! Se fue de aquí como de un
lugar de alegría y reposo para asistir a los esclavos de Argel; y ahí es tratado de
forma similar a ellos y no de otra forma. Cuanta más relación tengan nuestras
acciones con las hechas y sufridas en esta vida por nuestro Salvador, más le serán
agradables. En tanto su prisión se asemeja a la suya, en cuanto honran su
paciencia, ruego que El los mantenga en esa actitud…
Sigan, querido hermano, conservándose en la santa sumisión a la voluntad divina
pues así se cumplirá en usted la promesa de Nuestro Señor de que ni uno solo de
sus cabellos se perderá y de que en su paciencia poseerán vuestra alma. (IV,81-82)
La realidad que vivimos está generando desconcierto, desilusión y
desesperanza. ¿Qué puedo hacer para devolverle a tanta gente la esperanza?
Oración final
Señor Jesús, Tú que nos adviertes
de las adversidades que tendremos
que pasar por vivir nuestra fe en ti,
te pedimos que nos des la gracia
de tu Espíritu Santo,
para que en todo momento,
en cada circunstancia,
nuestra vida y nuestras actitudes,
hablen de ti y te den a conocer,
para que así mostremos tu proyecto de amor,
que buscamos hacerlo vida,
aún en medio de persecuciones y desprecios,
pero buscando siempre identificarnos contigo,
dando testimonio de ti, en todo momento,
buscando ser fieles y coherentes,
haciendo vida tus enseñanzas. AMÉN
Con permiso de somos.vicencianos.org