I Semana de Adviento
Martes
Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis
I. Contemplamos la Palabra
Primera lectura: Isaías 11, 1-10
Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un
vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y
sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con
justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su
boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus
lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y
el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con
el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño
jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la
serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno
el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de
Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será
gloriosa su morada.
Evangelio: Lucas 10, 21-24
En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús:
- "Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido
estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente
sencilla.
Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el
Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere
revelar."
II. Compartimos la Palabra
En esta festividad de San Francisco Javier, jesuita incansable en la propagación
del Reino por Asia, las lecturas que se nos proponen se refieren precisamente a
la Revelación del Espíritu de Dios a una humanidad que no “sabe” verlo. Javier
escuchó en su vida las palabras de Jesús en el Evangelio y encontró en Él la
verdadera sabiduría para su corazón, más allá de la aprendida en los libros, más
allá de los reconocimientos humanos.
“La tierra estará llena del conocimiento de Jahvé”
Isaías anuncia la esperanza mesiánica como una “nueva creaci￳n” en la que Dios
otorga a sus criaturas la bondad del principio y al hombre la verdadera sabiduría
de “ver” con los propios ojos de un Padre que revela su Espíritu a un mundo
necesitado de Paz y Justicia. Para llevarnos a la Salvación, nos hace recorrer
unos caminos inéditos, nuevos, inesperados, como sugiere el tema del “renuevo
de Jesé”. Sobre el abismo del caos, de la Nada, Dios promete un tiempo nuevo
que vendrá en la figura del Mesías, hombre como nosotros, pero en quien Dios
se revela plenamente.
“Has ocultado estas cosas a sabios y entendidos”
El Evangelio nos muestra la alegría inmensa de Jesús al comprobar la acción del
Espíritu en la Misión a la que envió a sus discípulos, una alegría compartida con
los suyos, con tantas personas que abrieron su corazón a la Palabra y fueron
sorprendidos por ella “viendo” con sus propios ojos la realidad de los tiempos
nuevos irrumpiendo con fuerza en su vida de cada día.
Jesucristo nos invita a compartir su propia e íntima alegría, como lo hizo con sus
discípulos, a descubrir en su Persona al Dios de la Promesa que sigue
recreándonos cada día, desde su amistad y cercanía, con el Espíritu, un Espíritu
de Sabiduría que nos hace “ver” a pesar de las oscuridades a veces
impenetrables de un mundo saturado de saberes inútiles y egoístas.
Ciertamente no es fácil. Es necesario “nacer de nuevo”, “hacerse como ni￱os” y
experimentar que la Promesa del Espíritu sigue haciéndose milagrosa realidad
cada vez que, en y con nuestra vida de cada día, afirmamos a Cristo entre los
hombres. S￳lo así escucharemos ese “Dichosos los ojos que ven lo que ven lo
que vosotros veis” y sabremos que no estamos solos. Que Él vive en nuestra
“extra￱a” alegría.
D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.
Fraternidad Fray Bartolomé de las Casas (Sevilla)
Con permiso de dominicos.org