Lectio Divina: Solemnidad. La Inmaculada Concepción de la Santísima
Virgen María (8 de Diciembre)
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: 2 Samuel 7,1-5.8-12.14.16; Salmo 88; Romanos 16,25-27;
Lucas 1,26-38
Ambientación: Corona de adviento, 2ª vela encendida; una imagen de la Virgen
María
Cantos sugeridos: Santa María de la Esperanza; Madre de los pobres
Ambientación
La solemnidad de la Inmaculada, al caer dentro del Adviento, se ha convertido en
motivo de esperanza para toda la Iglesia cuando se está preparando para recibir al
que viene a bendecirnos “con toda clase de bienes espirituales y celestiales.. La
disponibilidad de María es el camino por el que la salvación de Dios se hace
presente.
Oración inicial
Dios Espíritu Santo,
así como Tú has inundado a María,
con tu presencia, fecundándola y engendrando
al Hijo de Dios en ella,
así también realiza la obra de Dios en nuestra vida,
para que también nosotros podamos responder
como lo hizo la Virgen:
“…sí, hágase…, hágase tu voluntad…”.
Señor, en estos días previos a la Navidad,
regálanos la docilidad y apertura que tuvo María,
para que encontrando a Dios en nuestra vida,
vivamos tu proyecto de amor
para nosotros y nuestra familia.
Hoy y siempre, Dios Espíritu Santo,
danos la gracia de decirle al Padre:
“…sí, hágase…, hágase tu voluntad…”,
como lo dijo, María,
para que Tú puedas hacer en nosotros
tu obra y hacernos presencia tuya
para todos los que nos rodean.
Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Lucas 1, 26-38
Motivación: María es uno de los personajes centrales del Adviento. Ella es la
mujer disponible que supo escuchar y poner por obra la Palabra, la que supo
conducir su vida según la voluntad de Dios. Dejando que Él actuara, consintió que
el Hijo se encarnara en su seno para que la salvación llegase a la humanidad
entera. Gracias a María, la esperanza se hizo realidad.
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Qué títulos o nombres menciona el Ángel a María que definen la identidad
del niño que va a nacer?
¿Cuál será la misión de este niño?
¿Qué papel desempeña el Espíritu Santo en la concepción y nacimiento de
Jesús?
¿Cuáles son las actitudes de María que más resaltan en este texto?
Otros textos bíblicos para confrontar: Isaías 7,14 (sobre el nombre de
Jesús); 2Samuel 7, 1-16 (sobre la dinastía de David) Isaías 9, 7.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: En este último domingo de Adviento, María nos enseña cuál es la
mejor manera de prepararnos para la Navidad. Antes de que la Palabra se
encarnara en su seno se había ya encarnado en su corazón. Por eso supo decir SÍ.
Su respuesta puede ayudarnos a revisar nuestras actitudes en este tiempo en que
el Señor viene.
¿A qué me compromete el Sí de María?
¿Hasta qué punto consiento, como ella, que la Palabra de Dios transforme mi
vida?
María aceptó el desafío. ¿Cuáles son los desafíos que Dios me propone hoy
para ser discípulo?
No tengas miedo, que nada es imposible para Dio s. ¿Cómo puedo poner en
práctica esto?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: María es también maestra de oración. Con ella y como ella le pedimos
al Padre que nos prepare para recibir a su hijo Jesús.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta
nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción
de gracias o la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
doming o (Salmo 88).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Es ahora Santa Luisa quien nos anima a contemplar a María, como
mujer de fe, imitando su vida ejemplar:
Cuando nos sintamos llenos de gratitud por las gracias de Dios que hemos recibido
a través de la Encarnación y por los ejemplos de la vida de Jesucristo, miremos a la
Santísima Virgen como el canal por el que todo ese bien ha llegado hasta nosotros
y hagamos con tal motivo actos de amor hacia Ella.
Al ejecutar nuestras acciones, pongamos los ojos en las de la Santísima Virgen y
pensemos que el mayor honor que podemos tributarle es imitar sus virtudes; en
particular su pureza, ya que somos esposas de Jesucristo; su humildad, ya que por
esa humildad Dios ha hecho obras grandes en Ella; su desprendimiento de todas las
cosas de la tierra, ya que desde sus primeros años estuvo separada de sus padres;
dedicando así a esas tres virtudes que se dan en Ella todas las acciones de nuestra
vida, suplicándole se las ofrezca a su Hijo.
Compromiso:
En este tiempo de adviento debo intensificar mi oración y prepararme
adecuadamente para poder decir siempre “sí” al Señor en mi camino
discipular.
En nuestro grupo, familia, comunidad: realizar alguna obra de
caridad que sea un reflejo de la luz y del amor del Señor.
Oración final
Dios Santo, dador de todo bien:
desde siempre una Virgen fue elegida c
omo cuna de amor donde nacería tu Hijo, Jesús el Emmanuel, Hijo del Altísimo,
Príncipe de la Paz y poderoso consejero.
Señor, sé que desde ese preciso instante,
desde el “Hágase” de la Hija de Sión,
nos visitó la Luz de las naciones.
María alabó las maravillas de Dios
y por obra del Espíritu proclamó tu nombre.
Derrama, Señor, tu Espíritu;
baja del corazón de tu Hijo
y toca nuestros corazones.
Ninguna cosa es imposible para Ti,
toca mi corazón, Señor,
y muévelo a decir SÍ a tu proyecto.
“Hágase en mí según tu Palabra”.
Hágase como Tú quieres.
Con permiso de somos.vicencianos.org