EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
jueves 05 Diciembre 2013
Jueves de la primera semana de Adviento
Libro de Isaías 26,1-6.
Aquel día, se entonará este canto en el país de Judá: Tenemos una ciudad fuerte, el
Señor le ha puesto como salvaguardia muros y antemuros.
Abran las puertas, para que entre una nación justa, que se mantiene fiel.
Su carácter es firme, y tú la conservas en paz, porque ella confía en ti.
Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna.
El doblegó a los que habitaban en la altura, en la ciudad inaccesible; la humilló
hasta la tierra, le hizo tocar el polvo.
Ella es pisoteada por los pies del pobre, por las pisadas de los débiles.
Salmo 118(117),1.8-9.19-21.25-27a.
Den gracias al Señor, pues él es bueno,
pues su bondad perdura para siempre.
Más vale refugiarse en el Señor
que confiar en los hombres;
más vale refugiarse en el Señor
que confiar en los poderosos.
«¡Abranme las puertas de justicia
para entrar a dar gracias al Señor!»
«Esta es la puerta que lleva al Señor,
por ella entran los justos».
¡Te agradezco que me hayas escuchado,
tú has sido para mí la salvación!
¡Danos, oh Señor, la salvación, danos, oh Señor, la victoria!
«¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor!
Desde la casa del Señor los bendecimos:
el Señor es Dios, él nos ilumina».
Evangelio según San Mateo 7,21.24-27.
Jesús dijo a sus discípulos:
No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos,
sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica,
puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron
la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un
hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron
la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Comentario del Evangelio por :
Papa Francisco
Encíclica “Lumen fidei”, §34 (trad. © Libreria Editrice Vaticana)
La roca de la fe, el amor, la verdad
La luz del amor, propia de la fe, puede iluminar los interrogantes de nuestro tiempo
en cuanto a la verdad. A menudo la verdad queda hoy reducida a la autenticidad
subjetiva del individuo, válida sólo para la vida de cada uno. Una verdad común nos
da miedo, porque la identificamos con la imposición intransigente de los
totalitarismos. Sin embargo, si es la verdad del amor, si es la verdad que se
desvela en el encuentro personal con el Otro y con los otros, entonces se libera de
su clausura en el ámbito privado para formar parte del bien común. La verdad de
un amor no se impone con la violencia, no aplasta a la persona. Naciendo del amor
puede llegar al corazón, al centro personal de cada hombre. Se ve claro así que la
fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro. El
creyente no es arrogante; al contrario, la verdad le hace humilde, sabiendo que,
más que poseerla él, es ella la que le abraza y le posee. En lugar de hacernos
intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio
y el diálogo con todos.
Por otra parte, la luz de la fe, unida a la verdad del amor, no es ajena al mundo
material, porque el amor se vive siempre en cuerpo y alma; la luz de la fe es una
luz encarnada, que procede de la vida luminosa de Jesús. Ilumina incluso la
materia, confía en su ordenamiento, sabe que en ella se abre un camino de
armonía y de comprensión cada vez más amplio. La mirada de la ciencia se
beneficia así de la fe: ésta invita al científico a estar abierto a la realidad, en toda
su riqueza inagotable. La fe despierta el sentido crítico, en cuanto que no permite
que la investigación se conforme con sus fórmulas y la ayuda a darse cuenta de que
la naturaleza no se reduce a ellas. Invitando a maravillarse ante el misterio de la
creación, la fe ensancha los horizontes de la razón para iluminar mejor el mundo
que se presenta a los estudios de la ciencia.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”