Solemnidad. La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María (8 de
Diciembre)
Sociedad de San Vicente de Paúl en España.
ᆱ”Angelus Domini nuntiavit Mariae, et concepit de Spiritu Sancto”.”Se trata de una
oración que se hace para dar gracias a Dios, por haber venido a este mundo a
encarnarse por nuestra salvación”ᄏ (SVdeP IX, 1104)
El ángel saludó a María, diciéndole: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo. María recibió plenamente la bendición con que Dios nos ha colmado en
Cristo, “para que fuéramos, como dice San Pablo, santos e irreprochables ante sus
ojos, por el amor”. El Libro del Génesis, que leemos en esta celebración, anuncia la
victoria de la descendencia de la Virgen, es decir, de Cristo, sobre Satanás.
Lucas hace una comparación entre la anunciación a María y la anunciación a
Zacarías. La esposa de éste, de avanzada edad, ha concebido un hijo. Ahora Dios
se fija en una joven, el otro extremo de Isabel.
Zacarías, sacerdote que oficiaba en el templo, que era tenido por muy cercano a
Dios, no cree en el anuncio que le hace el ángel. María, mujer pobre, humilde y
sencilla, de un lugar muy lejano del Templo de Jerusalén, le dice “sí” al proyecto de
Dios, acepta lo increíble y lo más deseado en la historia de su pueblo, ser la Madre
del Mesías.
Los grandes planes de Dios, suceden en lo sencillo, en lo que no es importante en
la estructura social, política, económica y religiosa, es decir, en lo cotidiano, en los
pobres.
Este anuncio revela la novedad de Dios en Jesús, que en lugar de limitar lo sagrado
al Templo y los oficios religiosos, desea santificar la vida con sus tareas, luchas,
fiestas y fatigas.
Celebrar la Inmaculada Concepción de María es comprometernos con los planes de
Dios para con la humanidad: la salvación para todos, sin exclusiones ni divisiones.
El Concilio de Éfeso, en el año 431, proclamó la divina maternidad de María, y por
más de mil años la Iglesia no juzgó necesario definir las doctrinas implicadas en esa
proclamación.
En 1854 (Veinte años después de las apariciones de la Santísima Virgen a Santa
Catalina Labouré) el Papa Pío IX, en la Bula Ineffabilis Deus definió solemnemente
la Doctrina de la Inmaculada Concepción y la Virgen reconoció este título en
Lourdes: “Yo soy la Inmaculada Concepción”
Para conocimiento y meditación personal, he aquí las palabras de la Bula Ineffabilis
Deus (Inefable Dios) en que se define como Dogma de Fe la Inmaculada
Concepción de María: “Para honor de la santa e indivisa Trinidad, para gloria y
ornamento de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y
acrecentamiento de la religión cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor
Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra,
declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la
Beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original en
el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios
Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género
humano, está revelada por Dios y debe ser, por tanto, firme y constantemente
creída por todos los fieles”
Que el Señor fuente de vida, nos permita reflexionar en nuestra profunda
interioridad, ¿cómo estamos aceptando hoy la voluntad de Dios en nuestra propia
vida? ¿Cómo aceptamos y defendemos la Inmaculada Concepción de la Santísima
Virgen María, ante los ataques constantes, que como un alud vienen en contra de
este Dogma de Fe?
«Su madre siguió siendo virgen y fue siempre casta» (SVdeP IX, 370-371).
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)