Lectio Divina: III Domingo de Adviento, Ciclo A
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
LA PALABRA HOY: Isaías 35, 1-6.10; Salmo 145; Santiago 5, 7-10; Mateo 11, 2-
11
Ambientación para todo el adviento: Camino de papel con cuatro velas a lo
largo de él. Al iniciar la celebración se pone un cartel con la frase: “ᄀTe esperamos!”
y se enciende la tercera vela.
Cantos sugeridos: Cerca está el Señor, Ven Señor no tardes
Ambientación
Estén alegres en el Señor” es el mensaje de este tercer domingo de Adviento. ﾿El
motivo? El Señor está cerca y con él viene la Salvación que comienza a hacerse
realidad en Jesús de Nazaret. Alabemos con alegría y júbilo a Dios que es fiel a su
Palabra.
Clave de lectura:
Juan, como muchos en Israel, se hace eco de los deseos y esperanzas del pueblo
de Israel y quiere que Dios actúe por medio de su Mesías.
Los signos que Jesús ha realizado: anuncio de la Buena noticia, curaciones, etc,
concuerdan con el mensaje de los profetas.
Jesús inaugura el Reino de Dios, contradiciendo las expectativas de muchos, por
ello será motivo de escándalo, porque abre las puertas al perdón y la misericordia.
El Reino se ha hecho realidad, pero no como Juan esperaba, sino como Dios mismo
lo había establecido: abierto a todos, especialmente a los pobres.
Oración inicial
Señor Jesús, los discípulos de Juan vienen
y te preguntan si eras Tú el esperado,
o si debían esperar a otro…,
y fue ahí, que Tú hiciste referencia
a tu vida, a tus actos, a tu manera de ser,
a tus actitudes y gestos, para confirmar tu identidad, por eso, Señor,
te pido, que me ayudes a ser consciente,
de que creer en ti, no es teoría,
sino vida y actitudes,
que seguirte a ti, no es cuestión
de prácticas rituales y externas,
sino una manera de ser y de actuar,
buscando identificarnos contigo,
queriendo hacer vida tus mandamientos,
buscando ser como Tú.
Ayúdanos a que en esta Navidad,
nuestra vida exprese nuestra fe en ti
y así hagamos ver que somos cristianos.
Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Mateo 11, 2-11
Motivación: No siempre es fácil reconocer ni al enviado ni la salvación que Dios
ofrece. Sobre todo si no coincide con nuestros esquemas mentales o religiosos. Se
necesita una búsqueda sincera y un saber aceptar lo bueno que viene de Dios. Juan
Bautista obró así. Escuchemos:
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Qué preguntan a Jesús los discípulos de Juan Bautista? ¿Cómo les responde
Jesús?
¿Qué signos que realiza el mensajero de Dios (Is 35, 5-5 y 61, 1-3) con los
signos que Jesús lleva a cabo?
¿Qué bienaventuranza añade Jesús al final de la cita de Isaías? ¿Qué quiere
decir con ella?
¿Qué dice Jesús de Juan Bautista? ¿Cuál es su misión?
¿Qué comparación utiliza para marcar la firmeza y el compromiso de Juan
con la voluntad de Dios?
Otros textos bíblicos para confrontar: Is 26,19; Is 29,18-19; Is 35,5-6; Is
61,1; Lc 7,18-30.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: La vida y la misión de Juan están en función de Jesús, del anuncio de
su venida definitiva. La meditación de este evangelio ayude a iluminar nuestra
misión a favor del Reino.
“… eres Tú el que debe venir o tenemos que esperar a otro? (Mt 11,3) ” Hoy
para nosotros, ¿qué importancia tiene esta pregunta?, ¿por qué?
Entre las obras que Jesús enumera como signo de su identidad para los
discípulos y para el mismo Juan está la de curar. ¿La curación que yo le pido
a Dios es solamente la física? ¿Hay alguna actitud en mí que necesite ser
curada? ¿Cuál?
Dichoso el que no encuentre en mí motivo de tropiezo. ¿Qué actitudes de
Jesús siguen siendo escandalosas para mí, y por tanto, me cuesta aceptar o
entender?
¿Redescubro mi vocación como profeta de Dios? ¿Qué debo mejorar para ser
mejor profeta del Señor?
¿Busco realmente ser mensajero de Dios y preparar los caminos para que las
personas se encuentren con Él?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Para conocer mejor a Jesús y descubrir las esperanzas que trae, no
hay mejor cosa que ponerse en actitud de oración y dejar que la Palabra resuene e
ilumine nuestra vida y nuestros proyectos futuros.
Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra
oración (o todos juntos)
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
domingo (salmo 145).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Hermanos y Hermanas, como miembros de la Familia Vicenciana, en
este tiempo de Adviento, estamos llamados a estar cerca de los que llamamos
nuestros Amos y Señores cuando viven en situaciones de tinieblas y desesperación,
y a ser para ellos instrumentos de esperanza y de vida. Juntos, como Familia
Vicenciana y con nuestros Amos y Señores, estamos llamados a ser constructores
de solidaridad que tiene por cimientos el amor y no constructores de muros que
dividen a la humanidad.
Estamos llamados a vivir la vida de Jesús, esta vida que llegó hasta nosotros el día
en que nació. Él nos invita a ir más allá de los muros, más allá de los límites, más
allá de las fronteras que a menudo nosotros mismos hemos construido o que han
sido construidas por la sociedad en la que vivimos. (Mensaje de Adviento del P.
Gregorio Gay, CM, Superior General de la CM)
Vuestras resoluciones tienen que ser de esta manera: yo iré a servir a los pobres,
procuraré hacerlo de una manera sencillamente alegre para consolarlos y
edificarlos” (IX, 47)
¿Qué podemos hacer para que nuestras obras apostólicas seas signos claros
del Reino?
Oración final
Gracias, Señor,
porque me invitas a allanar los senderos,
a preparar el camino para que vengas.
Gracias, Señor,
porque quieres contar conmigo.
Gracias, Señor,
porque quieres entrar en mi casa
y hacer de ella una morada nueva.
Gracias, Señor,
porque te acuerdas de nosotros
y de mí,
y te pones en el camino
por el que yo voy caminando,
para que te encuentre
porque Tú me has encontrado.
Gracias, Señor, porque vienes,
porque estás, porque estarás.
Con permiso de somos.vicencianos.org