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Día litúrgico: Domingo IV (A) de Adviento
Texto del Evangelio ( Mt 1,18-24): La generación de Jesucristo fue de esta
manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar
juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como
era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo
tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José,
hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en
ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús,
porque Él salvará a su pueblo de sus pecadosᄏ (…).
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Sólo Dios es "Padre" de Jesús en sentido propio
Hoy, en el relato sucesivo a la concepción de Jesús, Mateo nos dice que José no era
el padre de Jesús, y que pensó en repudiar en secreto a María. Fue entonces
cuando se le dijo que la criatura que había en ella venía del Espíritu Santo (cf. Mt
1,20). Ello implica un nuevo enfoque a toda la genealogía.
No obstante, la genealogía sigue siendo importante: José es el padre legal de Jesús.
Por él pertenece según la Ley, "legalmente", a la estirpe de David. Y, sin embargo,
proviene de otra parte, de "allá arriba", de Dios mismo. El misterio del "de dónde",
del doble origen, se nos presenta de manera muy concreta: su origen se puede
constatar y, sin embargo, es un misterio. Sólo Dios es su "Padre" en sentido propio.
—La genealogía de los hombres tiene su importancia para la historia en el mundo.
Y, a pesar de ello, al final es en María —la humilde virgen de Nazaret— donde se
produce un nuevo inicio, comienza un nuevo modo de ser persona humana.
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