EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 22 Diciembre 2013
Cuarto Domingo de Adviento A
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Libro de Isaías 7,10-14.
Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos:
"Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en
las alturas".
Pero Ajaz respondió: "No lo pediré ni tentaré al Señor".
Isaías dijo: "Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los
hombres, que cansan también a mi Dios?.
Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará
a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emmanuel, que significa "Dios-con-
nosotros"."
Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6.
Del Señor es la tierra y lo que contiene,
el mundo y todos sus habitantes;
pues él la edifició sobre los mares,
y la puso más arriba que las aguas.
¿Quién subirá a la montaña del Señor?
¿Quién estará de pie en su santo recinto?
El de manos limpias y de puro corazón,
el que no pone su alma en cosas vanas
ni jura con engaño.
Ese obtendrá la bendición del Señor
y la aprobación de Dios, su salvador.
Así es la raza de los que Le buscan,
de los que buscan tu rostro, ¡Dios de Jacob!
Carta de San Pablo a los Romanos 1,1-7.
Carta de Pablo, servidor de Jesucristo, llamado para ser Apóstol, y elegido para
anunciar la Buena Noticia de Dios,
que él había prometido por medio de sus Profetas en las Sagradas Escrituras,
acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, nacido de la estirpe de David según la
carne,
y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador. por su
resurrección de entre los muertos.
Por él hemos recibido la gracia y la misión apostólica, a fin de conducir a la
obediencia de la fe, para gloria de su Nombre, a todos los pueblos paganos,
entre los cuales se encuentran también ustedes, que han sido llamados por
Jesucristo.
A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos, llegue la
gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo .
Evangelio según San Mateo 1,18-24.
Sermón para la Anunciación
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y,
cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu
Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente,
resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
"José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido
engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su
Pueblo de todos sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el
Profeta:
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel,
que traducido significa: "Dios con nosotros".
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a
su casa,
Comentario del Evangelio por :
San Aelredo de Rielvaux (1110-1167), monje cisterciense
Sermón para la Anunciación
“Se le dará el nombre de Emmanuel”
“Emmanuel, que quiere decir ‘Dios con nosotros’”, ᄀSí, Dios con nosotros! Hasta
entonces se había dicho “Dios está por encima de nosotros”, “Dios frente a
nosotros”, pero hoy es el “Emmanuel”. Hoy es Dios con nosotros en nuestra
naturaleza, con nosotros en su gracia; con nosotros en nuestra debilidad, con
nosotros en su bondad; con nosotros en nuestra miseria, con nosotros en su
misericordia; con nosotros por amor, con nosotros por lazos de familia; con
nosotros por su ternura, con nosotros por su compasi￳n…
¡Dios con nosotros! No le habéis visto vosotros, hijos de Adán, subir al cielo para
ser Dios; Dios desciende del cielo para ser Emmanuel, Dios-con-nosotros. ¡Viene a
nosotros para ser Emmanuel, Dios-con-nosotros, y nosotros descuidamos de ir a
Dios para ser en él! “Oh, vosotros, humanos ﾿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el enga￱o?” (Sl 4,3). Mirad que ha venido la
verdad: ﾿por qué amáis la falsedad y buscáis el enga￱o?” Mirad que ha venido la
palabra verdadera e inalterable; ﾿por qué buscáis el enga￱o” Aquí tenéis al
Emmanuel, aquí tenéis a Dios-con-nosotros.
¿Cómo podía él estar más cerca de mí? Pequeño como yo, débil como yo, desnudo
como yo, pobre como yo… en todo se ha hecho semejante a mí, tomando lo que es
mío y dando lo que es suyo. Yo yacía muerto, sin voz, sin sentido; ya ni tan sólo
poseía la luz de mis ojos. Hoy él ha descendido, este hombre tan grande “este
profeta poderoso en obras y palabras” (Lc 24,19). “Ha puesto su rostro sobre mi
rostro, su boca sobre mi boca, sus manos sobre mis manos” (2R 4,34) se ha hecho
el Emmanuel, ¡Dios-con-nosotros!
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”