Fiesta. Bautismo del Señor
Pautas para la homilía
"Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto."
Año tras año, después de repasar y evaluar lo que nos han deparado los últimos
365 días, nos afanamos en escribir la lista de los nuevos y buenos propósitos.
Ordenar las carpetas, hacer deporte, ser puntual, comer sano... Cada uno tendrá su
particular lista donde aparecerán propósitos para el trabajo, para sus momentos de
ocio, propósitos personales… Pero... ¿tenemos en esa lista propósitos sociales,
espirituales y de justicia?
Son tiempos de carencias, de desarraigos, de pérdida de derechos, de injusticias
sociales, de incoherencias políticas, de usos desmedidos del poder, de primas de
riesgo y locuras económicas… El mundo está falto de justicia y quienes tenemos la
sensibilidad de captar esa falta no debemos olvidar ponerla en nuestra lista. Como
primer punto estaría bien.
Al igual que en las aguas del Jordán, las promesas bautismales nos pueden servir
de ayuda para organizar esos propósitos de vida y fe.
En nuestra bienvenida a la comunidad cristiana a todos y cada uno se nos proclamó
como profeta, sacerdote y rey.
"Profetas", para hablar a los hombres de Dios. Es nuestra labor evangelizadora, de
anuncio y denuncia, de predicación con los hechos, con los gestos, con el amor.
"Sacerdotes", para hablar a Dios de los hombres. La Oración es nuestra manera de
conectar, de ser punto de unión con nuestro Padre-Madre Dios. Oración activa,
oración aglutinadora, oración inclusiva… “hay que ser sacerdote antes de ser
Profeta, hay que hablar a Dios de los hombres, antes que hablar a los hombres de
Dios”.
"Reyes", para vivir con el amor y la humildad de Jesús, ofrecer protección a
nuestros hermanos y canalizar y administrar la justicia de nuestro tiempo.
Tiempo en el que también tiene cabida la esperanza, la empatía, el compromiso, la
coherencia, el valorar lo sencillo y autentico, lo natural y todo aquello que nos une.
Será más fácil con la renuncia a todo lo que nos aleja de estos propósitos y
creyendo y defendiendo lo que nos acerca a Dios, aunque a veces cueste y suponga
un esfuerzo por nuestra parte.
La primera lectura ya nos deja la reseña; "Promoverá fielmente el derecho".
Despacito, sin pausa, pero con firmeza. Nuestra denuncia, nuestra aportación,
tendrá sus frutos. Sin necesidad de reconocimiento, sin grandes ruidos. Pero con la
certeza de que quietos no podemos ni debemos quedarnos.
Comunidad
El
Levantazo
Valencia
Con permiso de: dominicos.org