I Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Viernes
Lecturas bíblicas:
a.- 1Sam.8, 4-7.10-22: Gritaréis contra el rey pero Dios no les responderá.
b.- Mc. 2, 1-12: El Hijo de Dios tiene poder para perdonar pecados.
Jesús regresa a casa de Pedro. Le traen un paralítico, que debido al gentío, es
descolgado por sus amigos desde el techo donde se encontraba Jesús. Sus primeras
palabras son para el enfermo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”. Estaban allí
sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: “¿Por qué éste habla
así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios s￳lo?” (vv. 5-7).
Aquí está en eje del relato, Jesús declara la potestad del Hijo de Dios para perdonar
pecados sobre la tierra (v.10), poder que la Iglesia mantiene vivo porque ÉL se lo
entregó para reconciliar a los hombres con Dios. La curación de la enfermedad y el
perdón de los pecados están muy relacionados. El perdón de los pecados rompe la
idea que se tenía, que las enfermedades eran consecuencia de pecados graves.
Cuando Jesús perdona los pecados, elimina la raíz del mal y al desaparecer la
enfermedad, es fruto de la curación, confirmación que sus pecados han sido
perdonados. Si Jesús puede realizar lo más difícil como el sanar a un enfermo, algo
comprobado, bien podía perdonar los pecados de ese hombre. Ahí está demostrada
la potestad de Jesús de perdonar los pecados; su palabra no era vana, al contrario,
creadora. Con ello vence a sus adversarios, los escribas, ¿podía Dios darle la
facultad de perdonar los pecados a un blasfemo, como lo declararon ellos, o
devolverle la salud a un enfermo de parálisis? A la pregunta de Jesús: “¿Qué es
más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate,
toma tu camilla y anda?" Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la
tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: "A ti te digo, levántate, toma
tu camilla y vete a tu casa."» (vv. 9-11). La comunidad primitiva comprende que
perdonar pecados es lo más importante, la acción más poderosa que realiza Jesús
Resucitado, porque tiene el poder para hacerlo (cfr. Jn. 20, 22). La acción salvadora
de Dios no está al final de los tiempos, sino que está actuando hoy, de la que
participa la comunidad eclesial ahora, y que comienza con el perdón de los
pecados. Dios misericordioso, se vuelve compasivo con el pecador y el enfermo, lo
reconcilia primero para introducirlo luego en las vías de la salvación. La conexión
causal, enfermedad pecado queda rota y la comunidad cristiana se liberó de ese
concepción judía. La verdadera salvación está en la reconciliación con Dios que se
realiza con el perdón de los pecados. El Hijo del Hombre perdona los pecados por
potestad propia, él mismo que vendrá con poder y gloria al final de los tiempos
ejerce ya ese derecho de perdonar los pecados de los hombres en la Iglesia hasta
su manifestación definitiva.
Teresa de Jesús se sabe pecadora pero profundamente amada por Jesús salvador.
“En los santos que después de ser pecadores el Se￱or ton￳ a Sí hallaba yo mucho
consuelo, pareciéndome…que como los había el Señor perdonado, podía hacer a mí;
salvo que una cosa me desconsolaba, como he dicho: que a ellos solo una vez los
había El Señor llamado y no tornaban a caer, y a mí eran ya tantas que esto me
fatigaba. Mas considerando en el amor que me tenía, tornaba a animarme, que de
su misericordia jamás desconfié; de mí, muchas veces” (V 9,7).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD