Ciclo A: Fiesta. La Presentación del Señor (2 de febrero)
Sociedad de San Vicente de Paúl en España.
ssvp«¿Qué es lo que hacíais vosotros, ojos de la santísima Virgen. Y sentía
interiormente esta respuesta: «Cultivaba la modestia y me mortificaba en
las cosas que pudiesen traerme algún deleite». «¿Qué más hacíais?».
«Miraba a Dios en sus criaturas y pasaba de allí a la admiración de su
bondadᄏ… (SVdeP IX, 390)
La Lectura del profeta Malaquías evoca una práctica de los reyes de la antigüedad.
Estos solían enviar mensajeros que prepararan el camino de llegada al Templo. Los
caminos eran rústicos y debían ser alisados, los obstáculos retirados. Yahveh,
también envía un mensajero para que le prepare el camino de llegada al Templo,
aunque esta preparación es más bien espiritual y no físico. La llegada de Dios al
templo se sitúa en sintonía con las expectativas mesiánicas del pueblo de Israel. Su
llegada es sin￳nimo de juicio: “Quién podrá soportar el día de la venida? (Mal. 3,2).
El día del Señor es un evento escatológico, en el que los impíos serán culpados y
los fieles serán liberados (Is.13,5; Jr.46-10; Ez.13,5;30,3) En ese día el Se￱or “se
sentará para fundir y para purgar” (Mal.3,3). La imagen aquí es la de una persona
refinando y fundiendo un metal en el fuego. Al derretirse el metal, éste permanece
puro en el fondo, mientras las impurezas flotan para ser retiradas. Así será cuando
llegue el Señor a liberarnos de la esclavitud.
Jesús es presentado en la Carta a los Hebreos como un sacerdote misericordioso y
fiel, capaz de vencer la muerte y de redimir los pecados del pueblo.
El interés de Lucas al relatar la presentación de Jesús en el Templo, es expresar la
novedad de Dios; es manifestar el profundo significado de la vida y la misión de ese
pequeño niño. Tal novedad lleva a plenitud las esperanzas mesiánicas de la
tradición judía plasmada en el Antiguo Testamento; por ello Simeón y Ana bendicen
y agradecen a Dios, pues han sido testigos de la salvación de Dios a través de la
presencia de Jesús. Sin embargo, la plenitud de la salvación está mediada por un
camino de entrega y de sufrimiento, de cruz, de dolor y de muerte: el camino de la
vida de Jesús. La novedad de Jesús como Mesías, es presentada por el mismo
Simeón, quien, movido por el Espíritu Santo, comprende que dicha salvación rompe
los límites del pueblo judío y se extiende por toda la creación, promueve la vida y
rescata a todos los seres humanos de la muerte.
Simeón lanza dos importantes afirmaciones: 1. Del niño dice que será signo de
contradicción; 2. A María le advierte que una espada atravesará su alma. De otro
lado Ana le da al relato un nuevo tono, ya no de tristeza, más bien de alegría. La
etimología de su nombre “Felicidad, bendici￳n” (Gén. 30,13) la coloca como modelo
de esperanza y de gozo .
Es preciso preguntarnos cada día: ¿Cómo cristianos creyentes en Jesús y que
decimos ser personas de Fe, estaremos cumpliendo realmente la novedad de Jesús,
quien actúa y salva a los más débiles, nuestros hermanos los pobres, abandonados
y excluidos? ¿Nos identificamos con el camino del Señor, caracterizado por la
fidelidad y entrega incondicional de la vida? Vale la pena cuestionarnos,
principalmente, en estos momentos en que el irrespeto a la vida, llega al extremo
de aprobar leyes en contra de la vida y a favor del aborto. Dios es un Dios de Vida,
Cristo es el “Camino, la Verdad y la Vida” por consiguiente seamos congruentes con
Dios, por medio de las enseñanzas de su Hijo Jesucristo, que vino a trazarnos el
Camino, que nos conduce por medio de la Verdad a la Vida Eterna.
«Y volvía a empezar: «¿Qué más hacíais, ojos de la santísima Virgen?». «Me
deleitaba mirando a mi Hijo, y al mirarle me sentía elevada al amor de Dios».
«¿Qué más hacíais?». «Sentía mucho gusto mirando al prójimo y principalmente a
los pobres». (SVdeP IX, 390)
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)