Lectio Divina: VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
Pero yo les digo…
LA PALABRA HOY: Eclesiástico 15,15-20; Salmo 118; 1 Corintios 2,6-10; Mateo
5,17-37.
Ambientación: Al centro: una biblia grande, velas de diferentes tamaños, frase:
pero yo les digo…
Cantos sugeridos: Tu Palabra me da vida; Que tu Palabra nos cambie el corazón.
Ambientación
Quien opta por vivir según la voluntad de Dios manifestada en la ley, camina
dichoso por la vida. Esta voluntad de Dios la ha revelado Jesús con sus palabras y
sus obras y la ha llevado hasta las últimas consecuencias.
Clave de lectura:
El seguimiento de Jesús exige una vida renovada, lejos de las antiguas maneras
de juzgar lo bueno y lo malo, confrontada con una verdad mayor y profunda.
Jesús no ha venido a abolir la Ley, pero sí se opone a que la Ley sea cumplida
con superficialidad y comodidad por parte de sus contemporáneos.
Jesús asume y vuelve nuestra mirada al corazón de la Ley; parte del aspecto
legal para llevarnos a la verdadera calidad de vida que exige la voluntad de Dios
en temas muy concretos y cotidianos: la reconciliación, el adulterio y el
escándalo, el divorcio, la coherencia,…
Oración inicial
Tú nos has concedido, Padre,
la ley nueva que nos hace libres
en Cristo tu Hijo amado…
Otórganos también el poder comprender
que son tus preceptos eternos
el camino luminoso de la vida.
Danos la sabiduría que pueda conocerte,
el amor que no cese de buscarte,
la fe necesaria para poder encontrarte.
Así ayudaremos a que en el mundo
prevalezcan la justicia y el derecho.
el respeto a la vida y la paz,
para gloria eterna de tu nombre.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Mateo 5, 17-37
Motivación: Hoy comienza propiamente el sermón del monte, y Jesús, como nuevo
Moisés, nos dice que la ley y los profetas hacen grandes en el Reino a quienes
cumplen y enseñan sus mandatos. Pero Jesús presenta un modo totalmente distinto
de interpretar, profundizar y dar vida a la Escritura. Escuchemos:
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Qué dice Jesús sobre la ley y los profetas al inicio del texto? ¿A quiénes no
deben parecerse los que han decidido ser parte de su Reino?
¿Cuál es la novedad que el Señor plantea respecto al mandamiento de no matar
(Mt 5,21-26)?, ¿cuál es el énfasis que está colocando?, ¿a qué se refiere con
eso?, ¿por qué?
¿Qué aspecto valora e insiste respecto al tema del adulterio (Mt 5,27-30)?, ¿qué
pretende con esa nueva mirada y esa actitud?
¿Cuál es el valor que nos inculca el Se￱or al decirnos: “…no juren nunca…”(Mt
5,33-37)?, ¿qué busca con eso?
Otros textos bíblicos para confrontar: Lc 16,17; Lc 12,58-59; 1 Cor 7, 10-
11; Is 66,1 ; Sal 48.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Jesús nos invita a profundizar en la Escritura e ir al corazón de
muchas normas, para poder vivirlas desde dentro y descubrir en ellas la voluntad
de Dios.
Han oído que se dijo… pero yo les digo… ¿Mi fe está fundada en una visión
demasiado legalista de la vida cristiana? ¿He descubierto la novedad que se
esconde tras tantas leyes?
Los fariseos, solo decían y no vivían lo que creían… ¿c￳mo estoy viviendo lo que
creo?, ¿mi vida refleja y manifiesta mi fe?, ¿soy coherente entre lo que creo y lo
que vivo?
¿”Mato” a mis hermanos con la indiferencia o con el maltrato? ¿Me enojo
violentamente con los demás?
¿En mis relaciones con las demás personas soy respetuoso, cuidadoso de
procurarles siempre el bien?
¿Valoro la fidelidad en el matrimonio? ¿Busco preparar mi corazón para el día de
mañana formar una familia y un matrimonio que sea fiel?
¿Soy responsable y cumplidor cuando he dado mi palabra en algún compromiso
concreto?
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: En la meditación de la Palabra de Dios buscamos descubrir su
voluntad para cumplirla. Sólo la oración, que es encuentro con Dios, puede abrirnos
los ojos del corazón para que encontremos la vida que se esconde en su palabra de
amigo.
Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra
oración (o todos juntos)
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
domingo (Salmo 118).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente explica a los misioneros la necesidad de seguir la doctrina
de Jesucristo, cuyas máximas son contrarias a las del mundo:
“La segunda raz￳n se saca del capítulo 5 de san Mateo, donde nuestro Se￱or les
dice a los apóstoles y demás discípulos: “Vean que se lo anuncio: si alguien quita
un solo punto y enseña a los demás a que hagan como él, ése será un hombre
malvado y muy pequeño delante de Dios; pero el que haga y enseñe lo que yo les
ordeno, ése será llamado grande en el reino de los cielos”.
Padres, no nos engañemos; lo ha dicho el Hijo de Dios, que conocía esa
desgraciada inclinación de los hombres a vivir según su capricho y, al ver que
serían pocos los que se violentarían por seguir el evangelio, nos lo ha advertido…
Pues bien, si somos sus hijos, hemos de seguirle, abrazando como él la pobreza, las
humillaciones, los sufrimientos, despegándonos de todo lo que no es Dios, y
uniéndonos con el prójimo por la caridad para unirnos con Dios mismo por
Jesucristo. A todo esto es a lo que nos llevan estas máximas; y entonces
construiremos sobre roca, de forma que no podrán derribarnos las tentaciones de
nuestras pasiones, como derriban de ordinario a los que basan su conducta en las
máximas del mundo.” (XI, 424-425)
COMPROMISO: ¿Qué haré esta semana para que todo lo que conozco de la
palabra del Señor, lo haga vida y actitud?
Oración final
Padre Santo, te damos gracias
porque Tú siempre buscas nuestra felicidad.
Nosotros no siempre estamos atentos
a tus mandamientos y por ese motivo, fallamos.
A veces nos confundimos y queremos encontrar la felicidad por otros caminos que
no son los que Tú nos Señalas.
Padre Santo, te pedimos que abras nuestro duro corazón a las enseñanzas de tu
Hijo,
Nuestro Señor Jesús. Que entendamos que él nos reprende cuando hacemos las
cosas que nos llevan por un camino lejano de ti.
Que no sólo conozcamos tu Evangelio, que es Buena Noticia en nuestras vidas, sino
que aprendamos a vivirlo con plenitud.
Amén
Con permiso de somos.vicencianos.org