Comentario al evangelio del Sábado 15 de Febrero del 2014
A la paz de Dios:
Para acabar la semana un evangelio delicioso.
Va para el que dijo: que cada uno se apañe como pueda. Allí había mucha gente. Y Jesús sabía que
llevaban ya muchos días con él. Poco habían traído, poco les quedaba, poco se iban a llevar. La gente
que seguía a Jesús eran personas sencillas que vivían con lo puesto. A Jesús le da lástima. No es de los
de “que cada uno se apañe como pueda”. Lo suyo: qué puedo hacer yo para apañar la vida de los
demás.
Va para el que dijo: una cosa es predicar y otra dar trigo. Sí, mucha palabra bonita pero al final son
todos igual… Jesús no. Toma los panes, da gracias al Padre levantando los ojos al cielo, los parte y
reparte.
Va para el que dijo: con esto no tenemos ni para empezar. Para quien solo entiende la vida desde los
cálculos. Jesús no entiende de prudencias y cálculos. Los discípulos no paraban de contar: panes y
personas. Tocamos a poco. Pero Jesús, no. El amor solo es amor cuando llega hasta el final.
Voy acabando. Va para el que dijo: oye, Óscar, no seas tan ingenuo, me dice alguno: seguro que el
milagro no fue para tanto, que la gente tenía más comida que la que decía tener. Vale, amigo, le digo:
no seas ingenuo tú, ¿qué milagro es mayor sacar de lo poco mucho o conseguir que la gente entregue
todo lo que tiene? Milagro de generosidad, se llama eso.
Vuestro hermano y amigo
Óscar Romano, cmf.
Oscar Romano, cmf