VI Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Jueves
a.- St.2,1-9: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres?
b.- Mc. 8, 27-33: Tú eres el Mesías. Primer anuncio de la Pasión.
Vemos cómo Jesús, deja la Galilea, y se interna en Cesarea de Filipo. Aparece la
palabra “camino” (v.27), cuyo significado encontraremos en Jerusalén, lugar de la
muerte y resurrección de Jesús. Las dos curaciones de ciegos, una en Galilea y la
Betsaida, son signos de cómo el Mesías comienza a vislumbrar su destino. De
camino, hace la pregunta sobre su persona, las respuestas son diversas, lo único
importante, es que para ellos Jesús, es uno de los profetas del pasado o alguno que
vuelto a la vida, pero para los judíos no representa ninguna novedad (cfr. Mc. 6,
15). Marcos, introduce la pregunta a sus lectores cerca de Jesús, pero el tema se
ha explícito hasta que el mismo Jesús quien haga la pregunta acerca de su persona.
Pedro, sin embargo lo confiesa Mesías, el Cristo, que tenía que venir (v.29). La
pregunta de Jesús, se puede relacionar con aquella que le hará el Sumo Sacerdote
a ÉL, durante el juicio en la Pasión, acerca de si ÉL es el Mesías, y así como Pedro
responde afirmativamente, Jesús comienza a adoctrinarles sobre el camino de cruz
del Hijo del Hombre (cfr. Mc. 14,61-62). Se puede afirmar, que la profesión de
Pedro, es una pregunta a Jesús que deberá responder y cuál es el sentido de su
camino. Pero cuando Jesús hable de cómo vivir esa dignidad de Hijo del Hombre, a
través de la humillación, el camino de la Cruz, será precisamente Pedro, el que se
revelará y se negará a aceptar eso para el Mesías; no le puede suceder eso a Jesús
(v. 33). Desde ahora, ya se sabe quién es el Mesías: es Jesús, el Hijo del Hombre
que camina hacia la Pasión, Cruz y Resurrección. Pedro ve a Cristo sin Cruz, no la
comprende, porque para él, su idea del mesianismo va por el camino del poder
político y logros humanos. Como el ciego ve las cosas al revés, en forma
desproporcionada, de ahí la prohibición de Cristo de callar acerca de su mesianismo
(v. 30). Aquí se entiende el secreto mesiánico de Marcos, para no confundirse con
las ideas nacionalistas judías. Los discípulos han comenzado a ver algo, a entender
a Jesús, con este primer reconocimiento. Pedro cree en el Mesías, lo quiere
entrañablemente, pero no acepta lo más profundo y singular de este misterio, como
es el misterio de la Cruz, lo que lo convierte en un incrédulo. En la vivencia de la
Cruz, precisamente se encuentra la Resurrección. Quizá nosotros debemos
comenzar a conocer mejor a Jesús, para que a diferencia de Pedro, podamos con fe
aceptar la Cruz, realidad esencial de su ser de Mesías redentor y de nuestro vivir su
Misterio Pascual, si queremos luego gozar de su luz pascual, vida nueva para el
creyente.
Teresa de Jesús, comprendió que Dios si no se espantó de las negaciones de Pedro,
de la dispersión en que vivió un tiempo es porque es Dios misericordioso y salvador
de las miserias humanas. “Veía que, aunque era Dios, era Hombre, que no se
espanta de las flaquezas de los hombres” (V 37, 5).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD