VII Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Lunes
a.- St. 3,13-18: La sabiduría es amante de la paz.
b.- Mc. 9,14-29: Tengo fe, pero dudo, ayúdame.
La curación de este evangelio, es de un niño epiléptico y endemoniado, que Marco
describe con lujo de detalles, en un escenario con mucha gente que espera a Jesús,
luego que baja del monte. Dentro del relato se habla también el tema de la oración.
En el relato, el evangelista quiere manifestar el poder de Jesús, sobre la
enfermedad y el demonio y la muerte, una muestra de fe en Cristo Jesús, y otro
anuncio de la propia resurrección. Levantarse y ponerse en pie, acciones que realiza
Jesús con el niño, vienen a designar la resurrección. La queja de Jesús es una
advertencia: “Oh generaci￳n incrédula”, que recuerda la petici￳n incrédula de un
signo de parte de los judíos (v.19; cfr. Mt.12, 39; Lc.11, 29). La falta de fe del
padre, se une de algún modo, a la falta de fe de los discípulos, que no pudieron
expulsar a ese demonio del cuerpo del epiléptico. El padre cree en Jesús, pero
flaquea en la fe de ahí que suplica: “Al instante, grit￳ el padre del muchacho: ¡Creo,
ayuda a mi poca fe!” (v. 24). Lo que Jesús quiere que esta nueva generaci￳n no
caiga en la prevaricación y tozudez (cfr.Dt.32, 5. 20; Jr.5,23;9,1; Mt.12,41; 11,49).
Falta de fe, es la causa del fracaso de los apóstoles a la hora de curar al enfermo.
Cuando Jesús entró en casa, los discípulos le preguntaron en privado, porqué ellos
no pudieron sacarlo; esa clase de malos espíritus, sólo se expulsa con oración. (vv.
28-29; cfr. Mt. 17, 19). En este relato, se puede ver la necesidad que tenemos de
fe y de la oración, porque si tenemos fe, hacemos el ejercicio de creer en Dios, es
la experiencia del amor gratuito y no de interés. De ahí la importancia de orar con
frecuencia, Jesús es el primer Adorador en espíritu y en verdad del Padre y nuestro
Padre y por ello, nos dejó el Padre Nuestro. La oración cristiana no debe ser para
pedir favores, sino para vivir la intimidad con Dios desde la condición de hijo que se
relaciona con su Padre, al estilo de Jesús. Si hoy no se ora, es porque tampoco se
cree en Dios lo suficiente, lo que provoca una crisis a nivel personal, eclesial y
social, porque el cristiano, no está respondiendo a lo que se espera de él. La
oración, puede despertar la fe y así la identidad cristiana de cada discípulo, será
clara y nítida para el testimonio de vida en medio de una sociedad pagana como la
nuestra. La súplica del padre del niño hay que convertirla en oración: Señor quiero
creer, ayuda a mi poca fe hoy.
Santa Teresa de Ávila, habla de la cercanía de Jesús en la Eucaristía, al comentar
las palabras “danos el pan de cada día” del Padre Nuestro, nos ense￱a: “Esto pasa
ahora y es entera verdad, y no hay para qué irle a buscar en otra parte más lejos;
sino que, pues sabemos que mientras no consume el calor natural los accidentes
del pan que está con nosotros el buen Jesús, que nos lleguemos a Él. Pues si
cuando andaba en el mundo, de sólo tocar sus ropas sanaba los enfermos, ¿qué
hay que dudar que hará milagros estando tan dentro de mí si tenemos fe y nos
dará lo que le pidiéremos, pues está en nuestra casa? Y no suele Su Majestad pagar
mal la posada si le hacen buen hospedaje” (CV 34,8).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD