En crecimiento
Me repito la estupenda frase de Kierkegaard: “Existe un solo cristiano: Cristo Jesús.
Todos los demás, no somos más que cristianos en gestación”, en crecimiento, en
proceso. La maduración cristiana es lenta, a veces, imperceptible, pero exige cambios,
conversión. La Biblia habla de un camino que tenemos que hacer y que no es fácil.
Asumir esta responsabilidad de ser cristiano es tarea de cada día.
La liturgia de este domingo nos va abriendo horizontes para nuestra identidad cristiana.
Isaías irrumpe mostrándonos una imagen de Dios con “entrañas de misericordia”. Es un
Dios con memoria, no se olvida de nosotros, no hace acepción de personas, no nos pide
certificados de buena conducta. Simplemente nos ama. Esto va definiendo los rasgos de
nuestra caminada en el discipulado de Jesús.
Pablo avanza e identifica al Seguidor de Jesús como la persona fiel. Cuando hay tantas
ofertas, cuando son tantas las posibilidades de disfrazarnos y vivir de apariencias, esta
exigencia de la fidelidad es prueba mayor en el seguimiento de Jesús. Pasar este examen
en el día a día, da peso, claridad y transparencia en nuestra vocación cristiana. Las
deserciones abundan por la incapacidad de marcar el ritmo de la fidelidad.
Y el evangelio da el tope de nuestro equipaje: Primero el Reino de Dios y su justicia.
Segundo: Opción definida por el seguimiento. Tercero: Las cosas que hay que dejar: El
dinero como excedente. Las preocupaciones como enfermedad. Las superficialidades
como estorbo. Y algo que no puede faltar: La fe en la Providencia que nos coloca en las
manos de Dios y asegura el crecimiento en nuestra respuesta exigente a su amor.
Cochabamba 02.03.14
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com