EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
martes 04 Marzo 2014
Martes de la octava semana del tiempo ordinario
Epístola I de San Pedro 1,10-16.
Hermanos:
Esta salvación ha sido objeto de la búsqueda y la investigación de los profetas que
vaticinaron sobre la gracia destinada a ustedes.
Ellos trataban de descubrir el tiempo y las circunstancias señaladas por el Espíritu
de Cristo, que estaba presente en ellos y anunciaba anticipadamente los
sufrimientos reservados a Cristo y la gloria que les seguiría.
A ellos les fue revelado que estaban al servicio de un mensaje destinado no a sí
mismos, sino a ustedes. Y ahora ustedes han recibido el anuncio de ese mensaje
por obra de quienes, bajo la acción del Espíritu Santo enviado desde el cielo, les
transmitieron la Buena Noticia que los ángeles ansían contemplar.
Por lo tanto, manténganse con el espíritu alerta, vivan sobriamente y pongan toda
su esperanza en la gracia que recibirán cuando se manifieste Jesucristo.
Como hijos obedientes, no procedan de acuerdo con los malos deseos que tenían
antes, mientras vivían en la ignorancia.
Así como aquel que los llamó es santo, también ustedes sean santos en toda su
conducta,
de acuerdo con lo que está escrito: Sean santos, porque yo soy santo .
Salmo 98(97),1.2-3ab.3cd-4.
Entonen al Señor un canto nuevo,
pues ha hecho maravillas,
la salvación provino de su diestra,
de su brazo de santidad.
El Señor dio a conocer su salvación,
hizo ver a los paganos su justicia,
se acordó de su amor y fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Todos, hasta los confines del mundo,
han visto la salvación de nuestro Dios.
¡Aclamen al Señor, toda la tierra,
estallen en gritos de alegría!
Evangelio según San Marcos 10,28-31.
Pedro le dijo a Jesús: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos
seguido".
Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas,
madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,
desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y
hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo
futuro recibirá la Vida eterna.
Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros".
Comentario del Evangelio por :
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de la Hermanas
Misioneras de la Caridad
El amor más grande, pág. 40
Dejarlo todo para seguirle
Las riquezas, tanto las materiales como las espirituales, pueden ahogarnos si no las
usamos bien. Porque ni siquiera Dios puede poner algo en un corazón que ya está
lleno. Un día surge el deseo de tener dinero y todas las cosas que éste puede
proporcionar, las cosas superfluas, lujos en la comida, exquisiteces en el vestir. Las
necesidades aumentan porque una cosa lleva a la otra, y la consecuencia es una
insatisfacción incontrolable. Conservémonos todo lo vacíos que podamos para que
Dios pueda llenarnos.
Nuestro Dios nos da el ejemplo: desde el primer día de su existencia humana se
crío en una pobreza que ningún ser humano podrá experimentar jamás, porque
“Siendo rico se hizo pobre” (2 Co 8,9). Siendo rico se vació a sí mismo. En esto es
donde está la contradicción. Si deseo ser pobre como Cristo, que se hizo pobre aun
cuando era rico, yo debo hacer lo mismo. Sería vergonzoso ser más ricos que
Jesús, quien soportó la pobreza para nuestro bien.
En la cruz Cristo no tenía nada. La cruz se la dio Pilatos; los clavos y la corona, los
soldados. Estaba desnudo. Cuando murió le quitaron la cruz, los clavos y la corona.
Lo envolvieron en un trozo de lienzo donado por un alma caritativa y lo enterraron
en una tumba que no le pertenecía. Aunque podría haber muerto como un rey e
incluso haberse librado de la muerte, eligió la pobreza porque sabía que ése era el
auténtico camino para poseer a Dios y para traer su amor a la tierra.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”