II domingo de cuaresma A
(Génesis 12, 1-4; 2 Timoteo 1, 8-10; Mateo 17, 1-9)
La fe es necesaria para comprender los misterios de Dios
En esta Cuaresma, Cristo nos invita a subir con Él al monte Tabor donde nos
revelará su gloria y su belleza, y nos dará ánimo antes de subir la escalada del
Calvario (evangelio). Sólo a través de la fe podemos descubrir, sin escandalizarnos,
la divinidad de Jesús a través de su humanidad sufriente (segunda lectura). Como
sólo gracias a la fe , Moisés se fio de Dios y salió de su tierra cómoda y fértil para
comunicarle el Señor sus misterios y su plan (primera lectura).
La cuaresma es una invitaci￳n de Dios para dejar, como Abraham, nuestro “ modus
vivendi ” tranquilo, c￳modo y sosegado, y echarnos al camino guiados por la luz de
la fe y subir al monte santo de la Pascua, no sin antes pasar por el doloroso
sendero de la cruz de Cristo. Esa luz de la fe es suficientemente clara como para
guiarnos por el recto camino que Jesús nos ha trazado para llegar a la vida eterna.
Y es, asimismo, suficientemente oscura para que tengamos mérito en el creer, para
que podamos desplegar libremente nuestra confianza en su palabra, aun cuando
aquello que Dios nos pida nos resulte humanamente incomprensible.
“La fe es un don que empieza encontrando a Jesús, que es una Persona real y no
un dios spray”, que está un poco en todas partes, pero que no se sabe lo que es,
nosotros creemos en Dios que es Padre, que es Hijo, que es Espíritu Santo.
Creemos en las Personas, y cuando hablamos con Dios hablamos con Personas: o
hablamos con el Padre, con el Hijo o hablamos con el Espíritu Santo. Y ésta es la
fe”. (Francisco)
“Dios -dice el Papa Francisco- no es una presencia impalpable, una esencia en la
niebla que se extiende alrededor sin saber realmente lo que es. Dios es “Persona”
concreta, es un Padre, y por lo tanto la fe en Él nace de un encuentro vivo, de una
experiencia tangible.
“Quien tiene fe tiene la vida eterna, tiene la vida. Pero la fe es un don, es el Padre
quien nos la da. Hay que seguir por este camino. Pero si vamos por este camino,
siempre con nuestras cosas – porque todos somos pecadores y siempre tenemos
algunas cosas que no van, pero el Señor nos perdona si le pedimos perdón, y
siempre hacia adelante, sin desanimarnos – si vamos por ese camino nos va a
pasar lo mismo que le sucedi￳ al funcionario de la Economía”: cuando encontr￳ la
fe y prosiguió su camino lleno de alegría.
“Este es el gozo de la fe, la alegría de haber encontrado a Jesús, la alegría que s￳lo
Jesús nos da, la alegría que da la paz: no la que da el mundo, sino la de Jesús. Ésta
es nuestra fe” (Francisco, 2013-4-19).
Sólo desde la fe tendremos en este domingo un encuentro místico con Cristo en el
Tabor donde Él se nos revelará en todo su esplendor y encanto, como lo tuvieron
estos tres apóstoles íntimos, Pedro Santiago y Juan. Montemos el cuadro escénico:
una montaña y una noche, luz y sonido, tres espectadores, dos actores y un
protagonista, Jesús. Argumento de la obra: la divinidad de Dios. Título de la obra:
Jesús es Dios. Cayó el telón. Esta experiencia mística también la tuvo Ignacio de
Loyola: “Muchas veces y por mucho tiempo, estando en oración, veía con los ojos
interiores la humanidad de Cristo y la figura, que le parecía era como cuerpo
blanco” (Autobiografía III, 29), “ como sol ” (ib. XI, 99). “Si no hubiera Escritura que
nos enseñara estas cosas de la fe, él –Ignacio- se determinaría a morir por ellas,
solamente por lo que ha visto” (ib.).
N ecesitamos este encuentro místico con Cristo, como Pedro, Santiago, Juan,
Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Teresa de Calcuta. Desde la fe , claro. Lo
necesitó Moisés para acaudillar al pueblo de Israel de Egipto a Palestina por
cuarenta años de desastres, batallas, crisis religiosas, castigos de Dios, fidelidades
de Dios…Lo necesit￳ Ignacio de Loyola para fundar la Compa￱ía de Jesús contra
viento y marea de príncipes, teólogos y Papas. Lo necesitaban esos tres apóstoles
que en unos meses entrarían con Jesús en Getsemaní y se escandalizarían de Él y
lo dejarían solo. Y sólo después de la Resurrección renovaron esta fe en Cristo Dios
que brilló en el Tabor. Y yo necesito de este encuentro místico para no descafeinar
la religión buscando achicorias, malta y demás sucedáneos de la fe .
Para reflexionar: ¿Cómo está mi fe en Cristo? ¿Mi fe sigue firme también cuando
vea a Jesús ultrajado y colgado en la cruz? ¿Me espantan los silencios de Dios?
Sube a la mística de la oración, no te quedes en el llano. Y después baja al llano,
lleno del resplandor místico de Cristo, hecho caridad y ternura, dice el papa
Francisco.
Pidamos al Señor que nos ayude a crecer en esta fe, esta fe que nos hace fuertes,
nos hace alegres, esta fe que siempre comienza con el encuentro con Jesús y
prosigue siempre en la vida con pequeños encuentros diarios con Jesús.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)