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TERCER DOMINGO DE CUARESMA
(Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Ex. 17,3-7: Danos agua para beber.
b.- Rm.5,1-2.5-8: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones.
c.- Jn. 4,5-42: La Samaritana.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros:
Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su
Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana.
Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Señor, Padre de misericordia y origen de todo bien, que
aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados;
mira con amor a tu pueblo penitente y restaura con tu misericordia a los que
estamos hundidos bajo el peso de las culpas. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto?
- “Tenía que pasar por Samaria. Así que llegó a una ciudad de Samaría
llamada Sicar,… Llegó una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le
dijo: «Dame de beber». (vv. 4-7).
En el evangelio tenemos el encuentro de Jesús con la samaritana, toda una
catequesis de iniciación bautismal. Jesús pide agua a una mujer (vv.7-9).
Jesús no debía hablar con ella por ser mujer y por ser samaritana, sin embargo
ÉL inicia el diálogo con un imperativo: “Dame de beber” (v.7); los discípulos
han ido al pueblo a por comida, no presencian este encuentro escandaloso, La
mujer responde ante la irregularidad que tiene se encuentro, que con sorna
llama a Jesús, judío (v.9). De este diálogo nacen tres conceptos: Jesús está
preparado para relacionarse con la samaritana, surge el tema del agua natural
y el agua viva y la diferencia entre el mundo judío y samaritano (vv.7-9; cfr.
Eclo.50, 25-26).
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“Jesús le respondió así: «¡Si conocieras el don de Dios, y quién es el
que te dice ‘dame de beber’, tú le habrías pedido, y te habría dado
agua viva!» (vv.10ss).
Jesús no responde la pregunta de la mujer. Le anuncia que si conociera el don
de Dios y quién es el que le habla y pide de beber, le bastaría pedirle al que le
está hablando, y le daría agua viva (v.10). Esa agua viva tiene su origen en
Dios, según la promesa de Jesús. El término se puede referir al agua natural,
como a una imagen bíblica mucho más profunda, que se refiere a la revelación
vivificadora que sólo Jesús puede dar a conocer. Sólo ÉL da a conocer al Padre,
ofreciendo así la posibilidad de la vida eterna a los que nacen del agua y del
Espíritu (Jn.3,5). Fruto del amor salvífico de Dios el don ofrecido por Jesús a
humanidad es la posibilidad de la vida eterna (Jn.3,16). La mujer se queda con
el agua del pozo de Jacob, encerrada en sus esquemas tradicionales de la fe;
no puede pensar que Jesús sea más que Jacob (v.12ss). Jesús se identifica
como aquel que otorga el don: quien bebe del agua del pozo, volverá a tener
sed, en cambio, quien beba del agua que ÉL le dará no volverá a tener sed,
porque el don de Jesús se convertirá en agua que salta hasta la vida eterna
(vv.13-14). El don de Jesús supera al agua de este pozo, don que es para todo
quien desee tomarlo. El don se dará en el futuro dentro de la historia de Jesús,
a quienes lo deseen y se convertirá en ellos en una fuente que brotará hasta la
vida eterna (v.14). La respuesta de la mujer consiste en apropiarse de las
palabras de Jesús y las traduce a sus categorías y las refiere a este pozo, esta
agua que apaga su sed y si Jesús le da de esa agua no tendrá que venir nunca
más aquí por ella. Le da un sentido físico y egoísta, desaparece la referencia a
la vida eterna; la mujer se presenta como no creyente, a diferencia de los
judíos la mujer no manifiesta hostilidad para con Jesús, puesto que tiene
respeto por ÉL, le llama señor (v.15; Jn.2,20; 5,16-18).
- “Le dijo: ᆱVete, llama a tu marido y vuelve acáᄏ. La mujer le
respondi￳ así: ᆱNo tengo maridoᄏ. Jesús le dijo: ᆱBien has dicho ‘no
tengo marido’, pues has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no
es marido tuyo; has dicho eso con [toda] verdad». La mujer le dijo:
ᆱSe￱or, veo que tú eres profeta” (vv.16-19).
La conversación se hace más profunda, vital, ella se ve como una mujer que
no vive habitualmente con un hombre, Jesús agradece su sinceridad. Ella está
en pecado pero aquí se resalta el poder de conocimiento que tiene Jesús,
mientras ella se abre a Jesús al confesar que está delante de un profeta (v.19).
La percepción de la mujer suscita otro tema del culto en Garizín y en
Jerusalén. No lo hace para dejar su situación matrimonial sino para aclarar con
un profeta un tema candente entre judíos y samaritanos. Jesús trasciende la
postura de la mujer acerca de las tradiciones sobre Garizín y Jerusalén. Jesús
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dice: “Créeme mujer” (v.21), viene a significar, que habrá un nuevo lugar
donde dar culto a Dios Padre. Habla de la superioridad de las tradiciones
judías, ellas conservan la auténtica revelación de Dios, no así los samaritanos.
Jesús defiende sus orígenes, forma parte de esa larga tradición en la Dios se
dio a conocer. En Jesús, el judío ha encontrado la salvación; la salvación viene
de los judíos (v.22). Jesús revela el camino hacia el Padre a los gentiles. Llega
el tiempo y un lugar donde se dará culto al Padre en espíritu y en verdad,
pero es el Padre quien busca a estos adoradores. Dios es presencia que invade
totalmente al creyente; el único culto aceptable será orientar la propia vida y
acción hacia el Padre.
- “La mujer le dijo: ᆱSé que va a llegar un Mesías (que se llama
‘Cristo’); cuando él llegue nos anunciará todo. Jesús le dijo: ᆱ‘Yo soy’,
el que te habla” (vv.25-26ss).
Jesús se presenta como el Mesías esperado: “Yo soy, el que está hablando
contigo” (v. 26); texto que evoca el “Yo soy el que soy” (Ex. 3,14). Ahora la
mujer sugiere que podría ser el Mesías, el Cristo, suscita la confesión
mesiánica, porque ÉL les explicará todo (v.25). Aparece por primera vez una
de las grandes afirmaciones sobre Jesús, presencia viva de Dios, en línea
profética, que se da a conocer a su pueblo (cfr. Jn.8, 24. 28. 58; 13,19; 18,5).
Es el intento de Jesús por reconducir a Nicodemo más allá de su comprensión,
lo mismo hace con la samaritana (cfr. Jn.3,1-10). Jesús da a conocer al Dios
vivo, sin embargo la mujer no puede con esta revelación. Regresan los
discípulos y se sorprenden que Jesús está hablando con una mujer (v.27), la
que huye a su pueblo, dejando el cántaro junto a Jesús, señalando a los suyos
que ha encontrado un hombre que le dicho todo lo que ha hecho, ¿no será el
Cristo? (vv. 29-30). La mujer invita a los suyos a ver un hombre, persiste la
incerteza sobre la identidad de Jesús. El ofrecimiento de parte de los discípulos
a Jesús para que coma (vv.31-38), da pie a otro discurso acerca del verdadero
alimento del discípulo que es hacer voluntad del Padre y completar su obra
(v.34). La misión de los apóstoles (vv.35-38), que Jesús contempla como algo
que se está realizando, con la venida de los samaritanos que se dirigen a ÉL,
es anuncio de lo vendrá después de su muerte y resurrección, son los campos
que están listos para la cosecha.
- “Muchos de los samaritanos de aquella ciudad, creyeron en él por las
palabras de la mujer,… le rogaban que se quedara con ellos. Y se
quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de él, y
decían a la mujer: «Ya no creemos porque lo decías tú, pues nosotros
mismos hemos oído, y sabemos que él es verdaderamente el Salvador
del mundo» (vv.39-42).
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Lo samaritanos se dirigen a Jesús, creen en su palabra por lo que les dijo la
mujer, pero también por lo que le escuchan a ÉL, hasta confesar que es el
Salvador del mundo, con lo que revelan su fe inicial en Jesús, enviado del
Padre.
b.- ¿Qué me dice? - ¿Qué le digo? - ¿A qué me comprometo?
- Me dice que Jesús comunica su Espíritu, fuente de agua viva, a quien lo
desea, vida que llega hasta la vida eterna.
- El diálogo con la Samaritana, es el diálogo con cada uno de nosotros desde el
momento que tenemos que por experiencia descubrir quién es Jesús y qué nos
propone a cada uno.
- Me dice que el verdadero culto lo genera el Padre, los adoradores en espíritu
y verdad son su creación, en quien lo busca y encuentra.
- El judío, el hombre sediento y cansado, el profeta y el Salvador. A Jesús hay
que experimentarlo junto al pozo y el cántaro estará lleno; el cántaro junto a
Jesús estará siempre lleno, si no te apartas de ÉL.
- Otros testimonios…
5.- Momento de Agradecimiento y Contemplación:
a.- Salmo 94: Escucharemos tu voz, Señor.
- Venid, aclamemos al Señor,/ demos vítores a la Roca que nos salva;/
entremos a su presencia dándole gracias, / vitoreándolo al son de
instrumentos.
- Entrad, postrémonos por tierra,/ bendiciendo al Señor, creador nuestro. /
Porque El es nuestro Dios, / y nosotros su pueblo, / el rebaño que El guía.
- Ojalá escuchéis hoy su voz:/ "No endurezcáis el corazón como en Meribá,/
como el día de Masá en el desierto; / cuando vuestros padres me pusieron a
prueba/ y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
b.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje
evangélico:
San Juan de la Cruz dice que la fe es la fuente cristalina, en la cual debemos
beber, por donde nos viene la salvación y los dones del Espíritu Santo y
actualizar así la vida en Cristo: “Llama cristalina a la fe por dos cosas: la
primera, porque es de Cristo, su esposo; y la segunda, porque tiene las
propiedades del cristal en ser pura en las verdades, y fuente clara y limpia de
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error, y formas naturales. Y llámala fuente porque de ella le manan al alma las
aguas de todos los bienes espirituales. De donde Cristo nuestro Señor,
hablando con la Samaritana, llamó fuente a la fe, diciendo que a los que
creyesen en él les daría una fuente cuya agua saltaría hasta la vida eterna”
(CB 12,3).
6.- Adoración y Alabanza: Te alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz)