CINCUENTA DÍAS DE FIESTA PARA LOS CRISTIANOS POR LA
RESURRECCIÓN DE CRISTO
DOMINGO DE PASCUA 2014
No es para menos la celebración de la Pascua de Cristo Jesús que la Iglesia haya
decretado 50 días de fiesta en que los cristianos echan a vuelo las campanas, llenan
de flores sus altares, visten a sus sacerdotes de blanco y los cantos alaban la gloria
del Señor Dios que ha resucitado a su Hijo Jesucristo a quien los hombres se lo
habían matado. No es día de consideraciones, sino de una contemplación profunda
pero gozosa de la presencia de Cristo Resucitado entre nosotros. En Latinoamérica
tenemos que profundizar verdaderamente en este misterio, el más grande de
nuestra fe, pues las condiciones en que nació y creció nuestro cristianismo en
América, hicieron que los primeros creyentes se identicaran plenamente su vida con
la vida del crucificado, que los acompañaba en aquellos años difíciles en que los
europeos los esclavizaban, diciendo una cosa distinta con sus vidas de lo que los
frailes, admirables y santos todos ellos predicaban entre los indígenas. Creo que
nosotros hoy, podremos entender mejor este misterio santo, dando el paso del
cristo muerto y crucificado, sangrante, con su costado herido, hasta identificarlo
con el Cristo que vuelve de la muerte y se convierte en el primero que encabeza a
toda la humanidad para que se dirija a la casa del Buen Padre Dios. Sirvan a tal
efecto algunos de los renglones del admirable Pregón Pascual:
“Él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán, y ha borrado
con su sangre inmaculada la condena del antiguo pecado”. Igual que pasa
con una operación quirúrgica, que extrae todo lo que está podrido y sólo queda una
cicatriz exterior pero que ya no duele ni lastima. Tenemos huellas del pecado pero
la deuda ya ha sido saldada y sólo a Cristo tendremos que agradecer la liberación
de las tinieblas, la oscuridad y el pecado.
“Esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la
inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la
concordia, doblega a los poderosos”. Todo eso será posible en la medida en
que aceptemos la luz de Cristo que ya no puede morir más y nos invita a
convertirnos en luz para nuestro mundo y sal para nuestra tierra, intentando por
todos los caminos hacer presente aquí y ahora la vida que nosotros esperamos vivir
cerca del buen Padre Dios.
Esta es la noche en que rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende
victorioso del abismo”. A muchos hombres les consume la inquietud de saber
que hay después de la muerte, y se han inventado historias de hombres que han
estado muy cerca de la muerte, se habla de túneles oscuros que desembocan en
una luz que invade y llena todos los poros del hombre. Pero a ciencia cierta el único
que puede decirnos la respuesta es Jesús, pero no con ideas para satisfacer
curiosidades, sino con su propia vida, presente entre nosotros, para encaminar la
gran procesión de los que lo aceptan, para el camino a la casa de todos los
creyentes.
“Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de
Cristo. ¡Feliz la culpa que nos mereció tal Redentor!”. a mi entender, ésta es
la frase más atrevida que yo conozco en la Liturgia de la Iglesia, dar gracias al Dios
de los cielos, por el pecado de nuestros primeros padres, para que tuviéramos la
dicha de contar entre nosotros tan grande y tan insigne libertador, nada menos que
Cristo Jesús el Salvador, que siendo hombre cargó con los pecados todos de la
humanidad, pero que siendo Hijo de Dios se mostró dueño de la vida, hasta darla a
la hija de Jairo, al hijo único de la viuda que ya lo llevaba a enterrar, y sobre todo
devolverle la vida a Lázaro, lo que tuvo que ver en la muerte del mismo Cristo,
pero una vida que sigue ofreciendo y a manos llenas a todos los que confían en él y
se acercan a recibirlo como alimento en los sacramentos de la Iglesia, sobre todo
en su Eucaristía, pan de todos los que vamos de camino.
“Que noche tan dichosa, que une el cielo con la tierra, lo humano con lo
divino”.
A todos los amigos que con tanta bondad y cariño siguen mis reflexiones cada
semana, desde aquí les deseamos FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN.
El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera sus comentarios en
alberami@prodigy.net.mx