Pautas para la homilía
Jueves Santo en la Cena del Señor..
“Y si yo os he lavado los pies... haced vosotros lo mismo”
Cena de despedida
Estamos celebrando “la cena del Señor”. No era una cena cualquiera. Era la
noche de la cena de Pascua, el momento de recordar ritualmente la noche de la
liberación. Y por eso esta todo estructurado. Lo hemos escuchado en la primera
lectura.
Jesús lo sabía. La había celebrado otras treinta y tantas veces. Pero aquella cena
era especial; era la cena de despedida de sus amigos. Y por eso, no escatimó
romper moldes y dejar grabadas ciertas imágenes en el corazón de los que le
acompañaban. Y debía hacerlo, para que aquella cena tuviera toda fuerza que
merecía: en adelante cuando aquellos discípulos celebrasen la cena de la liberación
deberían evocar la nueva liberación, la que iba a dejarles EL. Nos lo ha recordado la
segunda lectura.
Signo de servicio
Y por eso interrumpió Jesús la cena para dejarles impactados con la imagen del
Maestro haciendo la labor de esclavo: lavar los pies de los comensales. Uno a uno.
Con esmero. Sin dejarse a nadie. Al amado y al traidor. Al impetuoso, al falto de fe,
a los preocupados por querer ser más que los otros, a los inteligentes y a los
torpes. Sin distinción. “Y si yo el Maestro y el Señor, os he lavado los pies...
haced vosotros lo mismo”. También nos lo ha recordado el Evangelio.
Todo un signo para romper esquemas y poner en el centro lo que es fundamental:
nuestro Dios no quiere otro sacrificio, otra ofrenda, ni otro rito que el del Amor. Con
todas sus consecuencias
Nuestro Jueves Santo tiene que estar marcado por el Amor; no puede ser una mera
representación casi teatral de un Jesús que encarna el sacerdote y de unos
discípulos encarnados por unos fieles de la comunidad....¡Qué poco le hubiera
gustado a Jesús que nos quedemos en ese gesto a veces demasiado vacío de
contenido!
Para unir en el Amor
A El quizás le gustaría mas ver una comunidad unida por el amor y la unión de
quienes se saben hijos de Dios y con la misma dignidad. Que seamos capaces de
lavarnos los pies los unos a los otros (comprendernos, ayudarnos, animarnos) y
que estemos al servicio los unos de los otros. Los sacerdotes que sean los
servidores del pueblo, pero también que los fieles , el pueblo, tengáis un poco mas
de cariño y comprensión con vuestros sacerdotes. Sabed disculparnos nuestros
defectos y debilidades. Que los tenemos y ¡muchos! Tal vez por algunos de ellos os
debamos pedir perdón. Y os lo pedimos en este día de amor fraterno. Pero alguna
vez darnos una palabra de ánimo y de aliento. Os lo agradecemos....
Celebramos para hacer presente
Hoy iniciamos un triduo. Una celebración que dura tres días y en la que decimos
que “morimos al hombre viejo y renacemos como hombres nuevos”
Hoy el Maestro y Señor nos enseña a amar desde actitudes bien concretas:
- el servicio, que consiste en ponerse a los pies del otro sin exigir ninguna
recompensa. Hacer lo que nadie quiere hacer.
- El ser capaces de amar como El amó a todos: a Juan, a Pedro y a … Judas
Hoy Jesús nos deja varios regalos para recordarle y revivir la experiencia de aquella
Cena. Pan, vino..., insignificantes; pero que para nosotros se convierten en
sagrados. No sólo es un mero recordar, sino que revivimos aquella experiencia. La
hacemos presente. Así de sagrado es para nosotros ese pan tras el que
vemos el Cuerpo que se entrega, ese vino tras el que hay tanto amor como
para derramar hasta la última gota de su Sangre. Tan sagrado como es poder
hoy reencontrarle en la figura de quienes hacen esto en su Memoria.
Demos gracias por tanto amor..., pero no caigamos en la tentación fácil de celebrar
sólo un bonito rito; eso sería traicionar a quien ha querido que detrás de todo
gesto, por encima de cualquier otra cosa, pongamos AMOR.
Fr. Manuel Gutiérrez Bandera
Virgen del C
amino (León)
Con permiso de: dominicos.org