Domingo 20 de Abril de 2014 Domingo de pascua
Hechos de los Apóstoles 10, 34-43 Nosotros hemos comido y bebido con
él después de su resurrección.
Salmo responsorial: 117 Este es el día en que actuó el Señor: sea
nuestra alegría y nuestro gozo.
Colosenses 3, 1-4 Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo
Juan 20, 1-9 El había de resucitar de entre los muertos
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando
aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde
estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería Jesús, y le dijo: Se han
llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero
el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y,
asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro
detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que
le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un
sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero
al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no había entendido la Escritura: que
él había de resucitar de entre los muertos.
Cristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado
Pensemos…
Tantas veces repitiendo el credo y olvidamos que allí se dice: “El tercer día
resucitó según las Escrituras” Y es esto lo que hoy nos congrega: la Resurrección
de Jesús, el centro del mensaje cristiano. Pablo da a conocer una confesión 1
Corintios 15,3-5 “Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo
murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al
tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce”
Entonces…
Celebramos hoy la fuerza del Misterio Pascual “corazón de nuestra
esperanza” «Y si Cristo no resucitó, nuestra fe es inútil y nuestros pecados no han
sido perdonados» (1Cor 15, 17)
Claro son muchos los que no lo sienten así. Muchos con una fe de agua tibia,
de pañitos calientes. Siempre muy ocupados. Sin fortaleza con mucha
superficialidad. Todo por esa gran indiferencia. Pero Dios sigue viviendo, llamando
y a la búsqueda de todos. Dios, en este día, derrota el mal, el pecado y la muerte.
Por eso podemos decir que la Resurrección de Cristo es nuestra fuerza.
Esta verdad se nos ha transmitido. En primer lugar por la profesión de fe.
Ejemplo en la carta a los Romanos 10,9 “Si confiesas con tu boca que Jesús es el
Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás
salvado” También, en segundo lugar, en los testimonios que toman la forma de un
relato, que encontramos en los Evangelios. Sobre todo observamos que los
primeros testigos de este evento fueron mujeres. Al amanecer, ellas van al sepulcro
para ungir el cuerpo de Jesús, y encontraron el primer signo: el sepulcro vacío.
Ante esto corren a dar aviso. Pedro sale para constatar.
Esa alegría no se puede guardar se transmite. Se da conocer. Lo que
llamamos en la Catequesis Kerigma, anuncio gozoso de la presencia viva de Jesús
entre nosotros. Esto debería suceder también en nuestra vida ¡Sintamos la alegría
de ser cristianos! ¡Nosotros creemos en un Resucitado que venció el mal y la
muerte! ¡Tengamos la valentía de salir para llevar esta alegría y esta luz a todos los
lugares de nuestra vida!
¡La Resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza; es el tesoro más
precioso! ¡Cómo no compartir con los demás este tesoro, esta certeza. No es sólo
para nosotros, es para transmitirla, para darla a los demás, compartirla con los
demás. Es nuestro testimonio.
Aprendamos que lo que cuenta para Dios es el corazón, cuán abiertos
estamos para Él, si somos como niños que se fían. Hay que estar con los oídos y
sentidos abiertos. En un ambiente de fe y sencillez. Observemos que Pedro corre
pero se detiene ante la tumba vacía; Tomás debe tocar con sus manos las heridas
del cuerpo de Jesús. También en nuestro camino de fe es importante saber y
percibir que Dios nos ama, no tener miedo de amarlo: la fe se profesa con la boca y
con el corazón, con las palabras y con el amor.
Todos necesitamos luz para hacer crecer nuestra fe. Todos necesitamos esa
capacidad para dejarnos transformar por su fuerza, para que, también a través de
nosotros en el mundo, los signos de muerte dejen lugar a los signos de la vida.
Nada de complejos. Nada de dudas. Mucho menos de sentirse a menos por esto o
aquello. No. Dios vive y quiere que vivamos con Él.
Hermanas, Hermanos. Cristo ha Resucitado… Que más que repetir se viva en
cada una de sus casas. Que cada uno de sus familiares a través de ustedes se dé
cuenta de esta gran noticia. C on ánimo. Con mucha alegría. ¿Y saben por qué?
Porque si Jesús ha resucitado hay esperanza para todos. El amor ha vencido. Ha
triunfado la misericordia. La misericordia de Dios siempre vence.
Que nunca se nos olvide: el amor de Dios es más fuerte que el mal y la
muerte misma. El amor de Dios puede transformar todo. Puede entrar al corazón y
renovare se desierto y hacerlo florecer. Y esto es la Pascua: el éxodo, el paso del
hombre de la esclavitud del pecado, del mal, a la libertad del amor y la bondad.
Porque Dios es vida, sólo vida, y su gloria somos nosotros. (San Irineo)
Lo mejor de hoy es que aceptando a Jesús vivo y resucitado podemos pasar
de la esclavitud del mal a la libertad del bien. Dejemos que su fuerza arrolladora nos
alcance y en su misericordia nos abrace para ser sus instrumentos de gracia y
bendición.
Que Jesús transforme nuestra muerte en vida. Que nos quite el odio por
amor, la venganza en perdón, la guerra en paz. De ahí que iniciemos una vida
nueva, personal y comunitaria como responsables del destino de la Patria. Es
preocupante la situación de violencia para ello dejemos el hombre viejo, el de las
tinieblas para resucita como comunidad pascual y soñar y querer una sociedad
feliz.
Es muy triste constatar tanto odio y rivalidades. Se necesita trabajar por el
bien de todos. Porque sin encuentro y sin diálogo, los conflictos y problemas no
solo no se solucionan, sino que se agrandan y se hacen más destructores. Tanto
gobierno como quienes reclaman deben repensar sus estrategias. Estas deben
inspirarse en el diálogo honesto y la sincera búsqueda del bien común. El Papa nos
dice que la unidad debe prevalecer sobre el conflicto y que el todo es superior a la
parte.
Sí, Cristo es nuestra paz, e imploremos por medio de él la paz para
Venezuela y el mundo entero.
EL NAUFRAGO
Desde una isla remota, el único sobreviviente de un naufragio oraba fervientemente,
pidiendo a Dios que lo rescatara, y todos los días revisaba el horizonte buscando
ayuda, pero ésta nunca llegaba. Cansado, eventualmente empezó a construir una
pequeña cabañita para protegerse, y proteger sus pocas posesiones. Un día,
después de andar buscando comida, encontró la pequeña choza en llamas, el humo
subía hacia el cielo. Todo lo perdió en aquel incendio. Confundido y enojado con
Dios le decía: ¿Cómo pudiste hacerme esto? y se quedó dormido sobre la arena.
Temprano en la mañana del siguiente día, escuchó asombrado la sirena de un barco
que se acercaba a la isla. Venían a rescatarlo. Les preguntó, ¿Cómo sabían que yo
estaba aquí? Y sus rescatadores le contestaron, "vimos las señales de humo que
nos hiciste....
Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de
los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. Romanos
8,28
Moraleja: Permite que Dios actúe aunque no entiendas sus caminos.
Finalizo recitando el Salmo 117,1-2 “Den gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: Eterna es su misericordia”
Pero además, como actitud para esta Pascua de 50 días hasta Pentecostés les
invito a responder esta adivinanza.
-Enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan.
-No cuesta nada, pero crea mucho.
-Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo puede durar para siempre.
-Nadie es tan rico que no la necesite y nadie es tan pobre que no pueda darla.
-Crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en los negocios y es la
contraseña de los amigos.
-Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes, y
el mejor antídoto contra las preocupaciones.
-No puede ser comprada, pedida prestada o robada.
-No rinde beneficios a nadie, a menos que sea brindada espontánea y
gratuitamente.
¿Qué es? Respuesta: la sonrisa
Brinda tu sonrisa, sobre todo, a aquellos que nunca ríen. Porque nadie necesita
tanto una sonrisa como aquel a quien ya no le queda ninguna que dar.
Como no sonreír si conocemos el amor de Dios, si hemos entrado en el Corazón de
Jesucristo, si somos movidos por el Espíritu Santo, si somos hijos de María
Santísima, si somos hermanos en la Iglesia
El corazón alegre mejora la salud; el espíritu abatido seca los huesos.
Proverbios 17,22
Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Filipenses 4,4
Padre Marcelo
@padrerivas