Comentario al evangelio del sábado, 10 de mayo de 2014
Queridos amigos y amigas:
La semana se cierra con la memoria de San Juan de Ávila . En este día podemos preguntarnos cómo
tiene que ser el sacerdote hoy, dado que San Juan de Ávila es el patrón de los sacerdotes españoles.
Podemos acercarnos a esta cuestión desde un punto de vista experiencial o también desde un punto
de vista magisterial . Lo importante es descubrir de qué modo este ministerio contribuye a que se
realice hoy lo que, según el fragmento de los Hechos que leemos este sábado, se realizaba en la Iglesia
apostólica: que se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba animada
por el Espíritu Santo .
El evangelio cierra el capítulo 6 de Juan. Veo en este epílogo un movimiento en cuatro tiempos:
P rimer tiempo: reacción increyente de los discípulos . La reacción de muchos discípulos ante las
palabras de Jesús se parece mucho a nuestra reacción: Este modo de hablar es duro . ¿No es esta la
impresión que a veces tenemos y tienen otras personas con respecto al Evangelio y, sobre todo,
con respecto a algunas enseñanzas de la Iglesia?
Segundo tiempo: respuesta de Jesús . Las palabras, por sí mismas, no significan nada. El Espíritu
es quien da vida...Las palabras que os he dicho son espíritu y vida .
Tercer tiempo: pregunta de Jesús . Cuando experimentamos el desconcierto, el cansancio, la
dificultad de un compromiso sostenido, cuando se nos hace dura la fidelidad, podemos sentir
dirigidas a nosotros las palabras de Jesús: ¿También vosotros queréis marcharos?
Cuarto tiempo: reacción creyente de los discípulos . La experiencia del día a día se impone a las
zozobras de los momentos de crisis. Pedro personaliza al creyente que somos cada uno cuando
nos dejamos vivificar por el Espíritu: Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes Palabras de vida
eterna .
La dureza de la fe puede llevarnos al cansancio y al abandono. Son muchos los bautizados que han
optado por marcharse, por buscar caminos más sencillos, por no “romperse el coco”. ¿Qué creyente no
ha vivido alguna vez esta tentación? Aquí vale, aunque parezca un poco irreverente, el mensaje
publicitario del que abusan los fabricantes de detergentes: Busque, compare, y si encuentra algo mejor
... Un creyente de hoy es el que, por más que lo intenta, no encuentra nada mejor que Jesús. Y se le
nota. A veces, hasta es conveniente que corra alguna aventura de alejamiento, para que comprenda
mejor el tesoro insondable que es Él.
Buen fin de semana. No olvidemos que mañana es el domingo del Buen Pastor. Oremos por nuestros
pastores y pidamos al Señor que conceda pastores a su Iglesia “según su corazón”.
C.R.