“PROSELITISMO RELIGIOSO O EVANGELIZACIÓN”
Homilía monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el 5º domingo de Pascua el año
(18 de mayo 2014)
El texto de este domingo (Jn. 4,1-12), nos presenta la partida de Jesús. La liturgia nos prepara para las
celebraciones de la Ascensión del Señor y Pentecostés. En este anuncio que realiza Jesús se genera un
diálogo con sus discípulos que es importante que nosotros tratemos de profundizarlo. El Señor después
de varios encuentros posteriores a su Resurrecci￳n, comienza a advertirles de su partida: “En la casa de
mi Padre hay lugar para todos; si no fuera así, ya lo habría dicho; ahora voy a prepararles ese lugar…”
Para llegar a ese lugar les dice que saben cual es el camino. Tomás con asombro le pregunta: “Pero,
Señor, no sabemos a donde vas, ¿cómo vamos a saber el camino? Jesús les respondió: Yo soy el
Camino, la Verdad y la Vida. Nadie puede llegar hasta el Padre, sino por mí” (Jn.14, 2.5-6).
Durante el tiempo de la Pascua profundizamos en la necesidad de comprender que para llamarnos
cristianos necesitamos tener o buscar un encuentro con la Persona de Jesucristo, muerto y resucitado.
Esta experiencia de fe es especialmente importante en este inicio del siglo XXI, sobre todo porque se va
acentuando en los grandes centros urbanos el problema del secularismo. El documento escrito por los
obispos argentinos “Navega mar adentro”, se￱ala al respecto: “El secularismo actual concibe la vida
humana, personal y social, al margen de Dios y se constata incluso una creciente indiferencia religiosa”
(29).
En el camino de discipulado en que queremos insistir, tanto en este tiempo posterior a nuestro primer
sínodo Diocesano, como por las enseñanzas de Aparecida, considero fundamental que comprendamos el
problema del “secularismo”, ya que inevitablemente todos formamos parte de un ambiente que tiende a
mimetizarnos, y debemos conocer y discernir con libertad para realizar bien nuestras opciones. Para esto
nos ayuda la aclaraci￳n del Concilio Vaticano II, en el documento “Gaudium et Spes”, se￱alando la
diferencia entre “la legítima secularizaci￳n” y el “secularismo”. Es importante para los laicos
comprender esta diferencia para vivir su propia vocación de transformar las realidades temporales en sus
ambientes y ser instrumentos de la evangelizaci￳n de la cultura. “La legítima secularizaci￳n” ense￱ada
por la Iglesia implica la necesaria autonomía de las realidades temporales. Autonomía de las leyes
naturales y la libertad con que Dios nos ha creado. En general cuando tenemos una enfermedad
recurrimos a un médico y tomamos una medicina adecuada indicada por la ciencia. Lamentablemente se
multiplican las propuestas religiosas que no respetan esto casi obvio de la justa autonomía de las leyes
naturales, dando lugar a una especie de “proselitismo religioso” que abunda en promesas de curaciones,
milagros, sanaciones que parecen más un negocio religioso y ofertas de multiconsumo, o bien una
alcancía. La Iglesia con sabiduría acepta los milagros, pero es muy prudente y exigente para
reconocerlos. Sabemos que la evangelizaci￳n “no” puede ser una acci￳n proselitista. Un discipulado que
nos ayude a madurar nuestra fe, no puede dejar de integrar el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, “la
cruz” como parte del camino pascual.
Distinta a esta “justa secularizaci￳n”, es “el secularismo”, el mayor problema a encarar en nuestro
tiempo, porque desconoce a Dios, lo omite, ni siquiera lo discute. “El olvido de Dios, fundamento
último de todo valor ético, conlleva el riesgo de alimentar en los hombres la autosuficiencia y
absolutizar el poder, el dinero la mera eficiencia o el Estado mismo” (L:P:N:E: 12).
Este domingo quiero subrayar con especial gozo la fe y religiosidad de nuestra gente expresada el
domingo 11 en la peregrinación de Fátima, así como este domingo con la peregrinación y celebraciones
de Santa Rita.
Con una profunda valoración de la religiosidad popular seguimos profundizando en la necesidad de
ahondar en el camino de discipulado y misi￳n, buscando que la fe en Cristo, el Se￱or, implique “un
estilo de vida” y compromiso que nos lleve a creer, como nos ense￱a el Evangelio de este domingo que
el Se￱or es “el Camino, la Verdad y la Vida.
¡Un saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas