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SEXTO DOMINGO DE PASCUA
(Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.-Hch.8,5-8.14-17: Les imponían las manos y recibían el Espíritu
Santo.
b.- 1Pe.3,15-18: Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu.
c.- Jn.14, 15-21: Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros:
Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su
Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana.
Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Concédenos, Dios todopoderoso, continuar
celebrando con fervor estos días de alegría en honor de Cristo
resucitado, y que los misterios que estamos recordando transformen
nuestra vida y se manifieste en nuestras obras. Por nuestro Señor
Jesucristo. Por Jesucristo.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto?
- “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo rogaré al Padre, y
os dará otro Paráclito para que esté con vosotros eternamente: el
Espíritu de la Verdad” (Jn. 14,15-21).
El evangelio nos introduce en la experiencia que Jesús tiene del Padre, y en la
que el Espíritu Santo realizará en la vida del cristiano. La verdadera comunión
de los discípulos con Jesús se dará en si guardamos sus mandamiento.
¿Cuáles? Ha hablado de su mandamiento, de sus palabras, de mi palabra (cfr.
Jn. 8, 28. 31. 43. 51). Este mandamiento se debe extender a toda su actividad
reveladora, permanecer en su amistad, condición sine qua non para que
puedan hacerse dignos de recibir su herencia: su Espíritu Santo, el Paráclito, el
Abogado. Aquí el evangelista, no se aparta de la concepción bíblica, cuando
equipara “mandamientos” con “palabra”, ya que para el Deuteronomio, la ley
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es ante todo revelaci￳n divina, de hecho el Decálogo, es llamado las “diez
palabras” en el AT. Cuando Jesús habla del Espíritu se trata de su Espíritu,
Espíritu de la Verdad, que permanecerá con ellos y en ellos (cfr. Jn. 14,26;
15,26; 16,7-11.13-15). Por esto le enseña que si bien se va, no los dejará
huérfanos, volverá pronto (v. 18), se refiere a su muerte y resurrección pero
también a su presencia en la comunidad en los días de Pascua y en el tiempo
del Espíritu hasta que el vuelva. Este Espíritu tiene por misión dar a conocer
que Jesús vive en el Padre y el Padre en Jesús, pero la guarda de los
mandamientos, es decir, la palabra de Jesús es indispensable para vivir la
experiencia de Jesús resucitado.
“No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros. Todavía un poco, y el
mundo ya no me verá, pero vosotros me veréis, porque yo viviré, y
vosotros viviréis” (Jn.14,18ss).
El mundo no comprende esto, se mantuvo lejos de Jesús y lo mismo hará con
el Espíritu, por ello dice que el Maestro, que no lo ve ni lo conoce. Es
interesante constatar que en Juan, el Espíritu habla al mundo a través de la
Iglesia, el Espíritu está sólo en la Iglesia, y actúa en el mundo sólo a través de
ella. No aparece en este evangelio ninguna acción directa del Espíritu en el
mundo, excepto que convence al mundo de su culpa, pero también por medio
de la comunidad eclesial. Jesús insistirá en que guarden su palabra, palabra
que no es suya sino del Padre, manifestación de que el discípulo lo ama a ÉL, y
promete que se manifestará a quien los guarde, más aún, será amado por el
Padre, porque lo ama a ÉL (v. 21). Todo lo cual manifiesta que los discípulos
no podrán vivir sin ÉL, les cuesta a los discípulos asumir que el Maestro vaya a
la muerte y los deje sin su presencia. Por su muerte, les explica, se va y el
mundo no lo verá, pero sus discípulos si lo verán, porque ÉL vive, lo mismo
que sus discípulos, porque está en el Padre, como los discípulos en él y ÉL en
ellos (v. 20). Quiere, Jesús, procurarles una mayor presencia, no sólo de ÉL,
sino también del Padre. La presencia del Padre se abre por Cristo en espacio
para que ingresen los discípulos. No olvidemos que Juan escribe, después de la
Pascua, donde los frutos de los que Jesús prometió antes de su despedida, se
verifican. No olvidemos la presencia del Espíritu, que comienza a ser
protagonista como el Padre, donde el evangelista, exige para vivir esta
experiencia trinitaria la guarda de los mandamientos, comunión con su
existencia resucitada, por medio del amor. Presencia y amor del Padre y del
Hijo, se vinculan a la guarda de los mandamientos, de la palabra del Hijo.
Todas estas promesas tienen evidentemente un componente escatológico, es
decir, la presencia de Dios en la vida de los discípulos de ayer y de hoy en
medio de su pueblo. Esa experiencia también hoy habría que dimensionarla
desde la mística, por lo que Dios envuelve y penetra la vida del hombre hasta
lo más íntimo de su ser hasta regenerarlo, que le da sentido a su vida y sacia
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sus anhelos hasta el infinito. De esta forma la comunidad apostólica y la
eclesial de hoy quedan introducidas en la morada de la Trinidad.
b.- ¿Qué me dice? - ¿Qué le digo? - ¿A qué me comprometo?
- Me dice que Jesús no sólo me ama sino que quiere se lo manifieste por medio
de la observancia de sus mandamientos, es decir, su palabra.
- El Espíritu de la Verdad, me defiende del error, me conduce a la Palabra y a
la Eucaristía fuentes donde hay verdad para asimilar.
- El mundo no conoce ni ve al Espíritu, porque no creyó en Jesús, nosotros si
guardamos sus mandatos, lo vemos y celebramos en la fe.
- El camino de la revelación conduce a Cristo y al Padre, hacia el hombre;
quien observa sus mandamientos hace el camino de retorno, de ahí que se
revele a quien lo ama.
- Otros testimonios…
5.- Momento de Agradecimiento y Contemplación:
a.- Salmo 65: Aclama al Señor, tierra entera.
- Aclamad al Señor, tierra entera; / tocad en honor de su nombre,/ cantad
himnos a su gloria./ Decid a Dios: "¡Qué temibles son tus obras.
- Que se postre ante ti la tierra entera,/ que toquen en tu honor,/ que toquen
para tu nombre./ Venid a ver las obras de Dios,/ sus temibles proezas en favor
de los hombres.
- Transformó el mar en tierra firme,/ a pie atravesaron el río./ Alegrémonos
con Dios, / que con su poder gobierna eternamente.
- Fieles de Dios, venid a escuchar;/ os contaré lo que ha hecho conmigo.
/Bendito sea Dios que no rechazó mi suplica.
b.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje
evangélico: San Juan de la Cruz: “Cuando en las palabras y conceptos
juntamente el alma va amando y sintiendo amor con humildad y reverencia de
Dios, es se￱al que anda por allí el Espíritu Santo” (2S 29, 11). El Espíritu Santo
de Dios, enseña Juan de la Cruz, va dejando su huella en el espíritu del
creyente cuando encuentra disposición interior de querer caminar en la verdad
revelada y en la propia, sembrando unión de amor y voluntad con el Padre y el
Hijo.
6.- Adoración y Alabanza: Te alabamos Señor.
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- Te alabamos Padre, por tu Hijo que nos ama y nos regala sus mandamientos.
Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por el don de tu Espíritu de Verdad que nos guía al
conocimiento del misterio Trinitario. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, por tu Iglesia, el Papa, y todos los cristianos por la
presencia de tu Espíritu de Amor en medio de la comunidad. Te alabamos
Señor.
- Te alabamos Padres desde los que se sienten huérfanos, enfermos, sin
trabajo, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por tu Iglesia, el Papa y el aumento de las vocaciones
matrimoniales, sacerdotales y religiosas. Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por la en paz en Chile, y en el corazón, mente y voluntad
de todos los hombres; por la lluvia para nuestros campos y montañas. Te lo
pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por los enfermos, las familias en crisis, necesitadas de
diálogo y amor, por los niños y jóvenes, para que crezcan sanos. Te lo pedimos
Señor.
- Te pedimos Padre, por los nuevos bautizados, confirmados y nuevos
matrimonios celebrados en esta Pascua, para que perseveren en su fe. Te lo
pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz). www.carmelitasvina.cl.