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SÉPTIMO DOMINGO DE PASCUA
(Ciclo A)
ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Hch. 1,12-14: Se dedicaban a la oración en común.
b.- 1Pe. 4,13-16: Si os ultrajan por el nombre de Cristo dichosos vosotros.
c.- Jn. 17,1-11: Padre, glorifica a tu Hijo.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven Espíritu
Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de
todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta : Concédenos, Dios todopoderoso, exultar de gozo y darte gracias en
esta liturgia de alabanza, porque la Ascensión de Jesucristo, tu Hijo, es ya nuestra
victoria, y donde nos ha precedido él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también
nosotros, como miembros de su cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto?
“Por su parte los once discípulos fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había
ordenado. Y al verlo lo adoraron pero algunos dudaron” (Mt.28,16ss).
El evangelio nos da a conocer las últimas instrucciones de Jesús a sus discípulos. Es en
Galilea donde fueron citados por el ángel y luego por el mismo Resucitado (cfr. Mt. 28, 7.
10). El monte es lugar del encuentro de Dios con el hombre, espacio de grandes
revelaciones y proclamaciones, como la Ley de Moisés y las Bienaventuranzas (Mt.5,1).
Ahora Jesús, desde un monte manda hacer discípulos a todos los hombres y mujeres,
enseñándoles su palabra y bautizarles en nombre de la Santísima Trinidad. Hay que
destacar esta nueva reunión, el Maestro y sus discípulos, menos el que lo traicionó (cfr.
Mt. 26,32); el pequeño rebaño con su Pastor. Se postran y adoran al Señor de cielo y
tierra, y de todo el universo (cfr. Mt.14,33). Posee todo poder en el cielo y en la tierra,
porque ahora el Padre recompensa su obediencia concediéndole, no sólo el perdonar los
pecados (cfr.Mt.9,6), enseñar (cfr.Mt.21,23), dar la salud y expulsar los demonios, sino un
poder sin límites como Hijo de Dios y Juez de vivos y muertos que regresará al final de los
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tiempos. Este es el mesianismo que Dios le otorgó y que manifestó en el ministerio de
Cristo Jesús que pasó por este mundo haciendo el bien.
- “Así que id, haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os
mandé” (Mt. 28,19ss).
Las palabras de Jesús, hay que entenderlas como un traspaso de mando, es decir, les
confía su poder para realizar su misión en el tiempo de la Iglesia: hacer discípulos suyos a
todos los pueblos de la tierra. El método será por medio de la enseñanza y el Bautismo,
pero esto no basta, hay que prolongar esta realidad doctrinal y sacramental a la vida de
cada día con la aceptación continua de la enseñanza del Maestro. El bautismo será en
nombre de la Trinidad, no tendrá un carácter penitencial, como el bautismo de Juan, para
el perdón de los pecados, tampoco será un bautismo de muerte como el de Cristo en la
Cruz (cfr. Mt. 3,6.11; Mc. 10, 38); el bautismo suyo será para la vida abundante que nos
prometió (cfr. Jn. 10,10). Los hombres serán bautizados en el nombre del Padre, lo que
significa que reciben el don de la filiación divina; serán hijos de Dios, pero para mantener
tan alta dignidad, deben vivir como hijos, a imitación del Hijo, hasta alcanzar la perfección,
don y meta de ser santos como el Padre es Santo (cfr. Mt. 5,45.48; Rm. 8,29). Pero
también será bautizados las gentes en el nombre del Hijo, se establece una comunión con
su misterio pascual con su vida y salvación. Todos los bautizados serán hermanos de
Jesús y toda obra buena que se haga al prójimo tiene el sello de amistad con ÉL, es como
si esa obra se la hubiésemos hecho al mismo Jesús (cfr. Mt. 10,40). Cada obra referida al
prójimo tiene repercusiones en el día del Juicio final, porque Jesús se declarará a favor
sólo de quien lo reconociera en su prójimo necesitado. Negará a quien lo haya negado,
así como quien hizo una obra caritativa con el prójimo tendrá el gozo de descubrir que lo
hizo al propio Jesús (cfr. Mt. 10,32; Mt. 25,40). Jesucristo es hermano de todos, porque
hizo a todos partícipes de su filiación divina (cfr. Gál. 4, 6ss). El Espíritu Santo es
invocado sobre el bautizado y se establece la unidad de vida con ÉL. Es el Espíritu quien
lo hizo hombre en el seno de María Virgen, lo entronizó en su misión de Mesías en su
bautismo en el Jordán y lo condujo al desierto para pasar la primera prueba como Mesías
probado en lo que afecta a la vida de todo hombre mortal: la seducción del mal (cfr. Mt.
4,1). Con esa misma fuerza del Espíritu Santo, trajo el Reino de Dios, expulsó a los
demonios, resucitó a los muertos, dio la salud a los enfermos y sobre todo predicó la
Buena Nueva al pueblo (cfr. Mt. 12,28). Si deben dar testimonio ante los tribunales, no
deben temer qué van a decir, porque el Espíritu de vuestro Padre hablará en vosotros”
(Mt. 10, 20). Con este Espíritu los creyentes podrán no sólo seguir a Cristo sino imitarlo,
configurar su existencia con la suya, aunque ello incluya la entrega de la vida en el
martirio. Poseen el testimonio de Cristo que se ha ofrecido a sí mismo en sacrificio
redentor por la humanidad (cfr. Hb. 9,14). La instrucción que nutrirá la vida de los
cristianos debe consistir en todo lo que Jesús les ha encargado, o sea, el evangelio, en
especial los grandes discursos, diálogos íntimos donde deja claro quién es el verdadero
discípulo y se inicia el camino del evangelio de la gracia que conduce a Dios. Se trata del
“camino de la justicia” (Mt. 21, 32), su palabra permanece pura, inalterable, que ahora el
Resucitado, el Señor, Kyrios, confirma para siempre. Llevar el mensaje del evangelio a
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todos los pueblos no es una empresa humana, no están abandonados a sus fuerzas,
cuentan con la presencia de su Espíritu Santo, su palabra, su Eucaristía y sobre todo la
comunidad. Todos son espacios donde están presentes los discípulos convocados por el
Resucitado. Donde se dan todos estos elementos Jesús asegura su presencia en medio
de ellos para siempre. La Eucaristía reúne, de alguna forma, todos estos elementos, pero
con una clave misionera o evangelizadora. Si escuchamos y celebramos la Palabra de
Dios y el evangelio, si recibimos a Jesús en la comunión, luego que abandonamos la
reunión, estamos suficiente capacitados para anunciar el mensaje salvador de Cristo a
todos.
b.- ¿Qué me dice? - ¿Qué le digo? - ¿A qué me comprometo?
- Me dice que su mandato hay que cumplirlo con el testimonio, la palabra y las obras.
- Ascensión que significa crecer en vuelo de cielo, virtudes fuertes para construir una vida
cristiana sólida en amor a Dios y diálogo con el prójimo.
- Palabra y Bautismo, se nutren mutuamente a lo largo de la vida cristiana, más allá de la
celebración sacramental.
- Enseñar la experiencia, hacer memoria de la doctrina cristiana es fundamental a la hora
de catequizar el ambiente familiar, laboral, etc.
- Su promesa de estar siempre con nosotros la cumple por medio de su palabra, Espíritu y
Eucaristía.
- Otros testimonios…
5.- Momento de Agradecimiento y Contemplación:
a.- Salmo 46: Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son de trompetas.
- Pueblos todos, batid palmas,/ aclamad a Dios con gritos de júbilo; / porque el Señor es
sublime y terrible,/ emperador de toda la tierra.
- Él nos somete los pueblos/ y nos sojuzga las naciones;/ Él nos escogió por heredad
suya: / gloria de Jacob, su amado.
- Dios asciende entre aclamaciones;/ el Señor, al son de trompetas: / tocad para Dios,
tocad,/ tocad para nuestro Rey, tocad.
- Porque Dios es el rey del mundo:/ tocad con maestría./ Dios reina sobre las naciones, /
Dios se sienta en su trono sagrado.
b.- Relectura bíblica que hace S. Juan de la Cruz de este pasaje evangélico: San
Juan de la Cruz, cuando comenta los versos: “Y luego me darías/ allí, tú, vida mía, /
aquello que me diste el otro día”, comenta: “Llamando a el otro día al estado de la justicia
original, en que Dios le dio a Adán gracia e inocencia, o el día del bautismo, en que el
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alma recibió pureza y limpieza total, la cual dice el alma en estos versos que luego se la
daría en la misma unión de amor” (CA 37,5).
6.- Adoración y Alabanza: Te alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S.
Juan de la Cruz). www.carmelitasvina.cl.