Lectio Divina: Solemnidad. Domingo de Pentecostés
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
Reciban el Espíritu Santo
LA PALABRA HOY: Hechos Apóstoles 2, 1-11; Salmo 103; 1 Corintios 12, 3-7.12-
13; Juan 20, 19-23
Ambientación: 7 velas con los nombres de los dones del Espíritu Santo alrededor
del Cirio Pascual.
Cantos sugeridos: Siempre es Pentecostés; El Espíritu de Dios está sobre mí.
Ambientación
Pentecostés es la “Pascua madura” que produce su fruto más sabroso: el envío del
Espíritu Santo. El Espíritu es el don que el Señor hace a sus discípulos para que
puedan continuar su misión.
Oración inicial
Señor Jesús,
al ver que Tú llenaste de Espíritu Santo
a tus discípulos el día de tu resurrección,
de la misma manera te pedimos Señor,
que soples sobre cada uno de nosotros,
para que podamos recibir tu Espíritu,
para que nos abra el entendimiento,
para que nos sensibilice a tu presencia,
para que nos impulse a la misión,
y así nos fortalezca en el anuncio de tu Palabra,
dándonos sabiduría y entendimiento,
para poder darte a conocer,
experimentando en primer lugar
tu presencia viva junto a nosotros,
llenándonos de ti, inundándonos de tu amor,
para dar testimonio de ti,
haciendo ver lo que haces en nosotros.
Así como en el principio,
hoy nuevamente danos tu Espíritu
e impúlsanos a la misión.
Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Juan 20, 19-23
Motivación: La presencia de Jesucristo resucitado en medio de los discípulos los
llena de alegría. El Señor Jesús los hace participes y continuadores de la misma
misión que Él, ha recibido de Dios Padre. Los discípulos reciben de Cristo el Espíritu
Santo. Gracias al Espíritu Santo, la Iglesia sigue actuando en nombre de Jesús en
nuestro mundo, ofreciendo a todos su paz, su perdón y la salvación. Escuchemos.
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Qué día y en qué tiempo se presento Jesús a sus discípulos?
¿Por qué los discípulos estaban reunidos a puerta cerrada?
¿Cómo les saluda Jesús? ¿Cómo reaccionan los discípulos?
¿De qué manera y para qué Jesús les comunica el don del Espíritu?
¿Qué poder les confiere Jesús a sus discípulos?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mc 16, 9; Mt 28,10; Mc 16,2; Lc 24,1;
Jn 20, 1.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: También hoy puede ser Pentecostés. El Señor Jesús, que derramó sus
Espíritu sobre nosotros el día de nuestro bautismo, no deja de renovar ese don para
que podamos continuar la misión que él mismo recibió del Padre.
¿Qué experiencias tienes de la acción del Espíritu Santo en tu vida?
También hoy vivimos encerrados y atemorizados. ¿Cuáles son las cosas que me
llenan de temor y me encierran en mí mismo?
¿En mis labores pastorales me dejo guiar por las motivaciones del Espíritu
Santo? ¿Hasta dónde dejo que actúe en mí y en mis planes el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es el aliento de vida del Resucitado, no se ve… ¿de qué manera
debería notarse su presencia en nuestras vidas?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Sin el Espíritu Santo, la oración sería un diálogo imposible. Él es quien
gime en nosotros para que podamos rezar como nos conviene, Movidos por él nos
ponemos una vez más ante el Padre para que nunca nos falte su ayuda y fortaleza.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias
o la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
domingo . Salmo 103
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: En esta fiesta de Pentecostés recordemos que San Vicente exhortaba
con frecuencia a revestirse del Espíritu de Cristo:
“¡Oh Salvador! ¡Oh Padre! ¡Qué negocio tan importante éste de revestirse del
espíritu de Jesucristo! Quiere esto decir que, para perfeccionarnos y atender
útilmente a los pueblos, y para servir bien a los eclesiásticos, hemos de esforzarnos
en imitar la perfección de Jesucristo y procurar llegar a ella. Esto significa también
que nosotros no podemos nada por nosotros mismos. Hemos de llenarnos y
dejarnos animar de este espíritu de Jesucristo. Para entenderlo bien, hemos de
saber que su espíritu está extendido por todos los cristianos que viven según las
reglas del cristianismo; sus acciones y sus obras están penetradas del espíritu de
Dios, de forma que Dios ha suscitado a la compañía, y lo veis muy bien, para hacer
lo mismo. Ella siempre ha apreciado las máximas cristianas y ha deseado revestirse
del espíritu del evangelio, para vivir y para obrar como vivió nuestro Señor y para
hacer que su espíritu se muestre en toda la compañía y en cada uno de los
misioneros, en todas sus obras en general y en cada una en particular.” (XI, 410-
411)
Compromiso: Piensa en algunas acciones concretas que te pueden ayudar a
revestirte del Espíritu Jesucristo.
¿Qué puedes hacer en tu vida personal y comunitaria para realizar la misión de
reconciliación a la que nos envía Jesús?
Oración final
Hoy te bendecimos, Padre, porque todos hemos sido bautizados en Cristo y en un
mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, en el que la diversidad de sus
miembros no rompa la unidad.
Gracias, Señor, por la riqueza de carismas en tu Iglesia mediante las diversas
vocaciones al seguimiento de Cristo: en la vida apostólica, la teología, la
catequesis, la enseñanza, la educación de niños y jóvenes, la atención a los
marginados, la asistencia a los pobres, enfermos y ancianos abandonados.
En todos ellos se manifiesta tu Espíritu para el bien común.
¡Oh Espíritu divino, repuebla la faz de la tierra y renueva entre nosotros los
prodigios de un nuevo Pentecostés! Amén.
Con permiso de somos.vicencianos.org