Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 10, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Elías oró, y el cielo derramó lluvia * Todo el que esté
peleado con su hermano, será procesado
Textos para este día:
1 Reyes 18, 41-46:
En aquellos días, Elías dijo a Ajab: "Vete a comer y a beber, que ya se oye el ruido
de la lluvia."
Ajab fue a comer y a beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo; allí se
encorvó hacia tierra, con el rostro en las rodillas, y ordenó a su criado: "Sube a
otear el mar."
El criado subió, miró y dijo: "No se ve nada."
Elías ordenó: "Vuelve otra vez."
El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo: "Sube del mar una nubecilla como
la palma de una mano."
Entonces Elías mandó: "Vete a decirle a Ajab que enganche y se vaya, no le coja la
lluvia."
En un instante se oscureció el cielo con nubes empujadas por el viento, y empezó a
diluviar.
Ajab montó en el carro y marchó a Yezrael. Y Elías, con la fuerza del Señor, se ciñó
y fue corriendo delante de Ajab, hasta la entrada de Yezrael.
Mateo 5, 20-26:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si no sois mejores que los letrados y
fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los
antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: todo el que
esté peleado con su hermano, será procesado. Y si uno llama a su hermano
"imbécil", tendrá que comparecer ante el sanedrín, y si lo llama "renegado", merece
la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de
que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete
primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Procura arreglarte con el que te pone pleito en seguida, mientras vais todavía de
camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la
cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí.
Homilía
Temas de las lecturas: Elías oró, y el cielo derramó lluvia * Todo el que esté
peleado con su hermano, será procesado
1. Lluvia de bendición
1.1 Hace unos días habíamos visto cómo una plegaria de Elías tuvo poder suficiente
para cerrar el cielo. Durante más de tres años no cayó lluvia y desde luego
sobrevino un hambre terrible.
1.2 Aquello fue una medida drástica que tuvo como fin mostrar a los sacerdotes de
Baal que la fertilidad y la vida no estaban tan completamente en sus manos y en el
poder de sus ritos. Es sabido, en efecto, las religiones de Canaáan tenían un
inmenso atractivo por sus promesas de prosperidad y de disfrute del placer, cosa
que quedaba bien representada por su culto de fecundidad, que básicamente incluía
relación sexual con las sacerdotisas de Baal. El oráculo del profeta tenía que
detener esa mentira, y lo hizo, pues en el texto de hoy vemos que el rey, Ajab,
acude al profeta de Yahvé, que es Elías, pues ya ha retirado su corazón de los
engaños de aquella religión canaanita.
1.3 La grandeza de Elías, sin embargo, no está tanto en el pecado que denuncia
con tanta eficacia, sino en la ruta que marca hacia las fuentes de la vida. Su
ejemplo muestra cuál es esta ruta: la perseverancia en la fe, aun a riesgo de la
propia vida, la denuncia valiente del pecado que esclaviza, la oración ferverosa, la
fe absoluta en Dios. ¿El resultado? Lluvia de bendiciones.
2. Mejor que los mejores
2.1 En el evangelio encontramos a Jesús mostrando también la ruta de la vida:
nuestra justicia ha de superar a la de los fariseos; somos, pues, llamados a ser
mejores que los que se creían mejores.
2.2 La revolución que trae Jesús es en el fondo algo muy sencillo: empieza por tu
corazón. Lo importante no es empezar por parecer bueno sino empezar por serlo. Y
el lugar donde empezará tu verdadera bondad es el mismo lugar donde hoy
descubres que no eres tan bueno. Ese lugar se llama el "corazón" en la tradición
bíblica.
2.3 Ser cristiano, entonces, es en primer lugar eso: ser bueno de corazón, tener un
corazón bueno. Algo que no significa sólo sentimientos buenos, sino también todo
lo que sucede en el corazón según esta perspectiva de la Biblia, es decir, las
decisiones, la escala de valores, la escucha de la conciencia. Es allí donde empieza
la vida cristiana y también donde encuentra su verdad.