Solemnidad. El Cuerpo y Sangre de Cristo, Ciclo A. )
Javier Balda, C.M.
La fiesta de Corpus Christi es la fiesta de la familia humana y cristiana sentada a
una misma mesa para comer un mismo pan, para participar de una misma fe, para
vivir un mismo amor. La familia, al reunirse en comunión, crecerá en amor, crecerá
en unidad, crecerá en la verdad. ¡Cómo cambiarían nuestras familias si todos nos
sentáramos a una misma mesa y comiéramos un mismo pan! Reunidos alrededor
de la mesa la familia recobraría su verdadera imagen, repararía sus fuerzas y
estrecharía sus lazos de amor y amistad; se tonificaría en el diálogo abierto, sincero
y respetuoso; se fortalecería en la comunión de pensamiento, de vida, de
compromiso; se consolidaría en la participación plena de un mismo amor por todos
compartido.
La fiesta de Corpus Christi es la fiesta de la Iglesia, familia de Dios, familia de
Cristo, reunida alrededor de la Mesa preparada por el mismo Cristo y a la que todos
somos invitados, para que, compartiendo la misma fe y el mismo amor, nos
alimentemos con un mismo pan, el Cuerpo de Jesús, fuerza para la vida, amor
entregado para nuestro amor.
Por eso, el Altar, la Mesa del sacrificio eucarístico, deberá ser siempre el centro de
toda reunión familiar cristiana; deberá ser el signo auténtico de la unidad de toda la
familia cristiana con Cristo.
Por eso, en esa Mesa, en ese Altar, todos los cristianos haremos profesión de
nuestra fe, conviviremos y participaremos de un mismo amor, el amor a Cristo y a
nuestros hermanos, nos comunicaremos la verdad y la misma vida de Cristo, nos
perdonaremos nuestras faltas, nos sentiremos de verdad unidos en la misma fe, en
la misma esperanza, en el mismo amor porque Cristo estará sentado con nosotros,
ofreciéndonos lo mejor de sí mismo para que, después, nosotros nos ofrezcamos a
los demás como alimento para sus vidas.
Hoy Jesús nos dice: “Venid, Tomad y Comed. Esto es mi Cuerpo” que va a ser
entregado para vuestra salvación. La Mesa está servida. Vosotros sois mis amigos,
mis invitados, y, con vosotros, quiero celebrar la Pascua, Pascua de la Nueva y
Eterna Alianza, sellada y consagrada con mi Sangre derramada por todos vosotros.
Con permiso de somos.vicencianos.org