Lectio Divina: XVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
El Reino de Dios se parece…
LA PALABRA HOY: Sabiduría 12,13.16-19; Salmo 85; Romanos 8,26-27; Mateo
13,24-43
Ambientación: Espigas y un ramillete de “mala hierba” o hierbas silvestres
Cantos sugeridos: Testigos de tu Reino
Ambientación
El trigo y la cizaña crecen juntos, el bien y el mal conviven en la historia humana,
pero sólo a la hora del juicio de Dios separará a ambos. Mientras tanto, sabe tener
paciencia convirtiendo el presente en un espacio para la gracia y una oportunidad
para la conversión.
Oración inicial
Señor, gracias por darme tu palabra,
gracias porque esta es la brújula que conduce mi vida,
y sin ella estoy extraviado,
Tú eres Señor, el sembrador y dueño de la tierra,
en ti, Señor, encuentro la semilla que debe germinar en mi corazón, para poder ser
fuerte como un árbol donde puedan anidar los pájaros.
Arranca de mi corazón la cizaña que en el descuido he dejado crecer en mi espíritu,
dame fuerza Señor, para infundir tu palabra en todos los lugares donde me envíes,
Señor gracias por explicarnos las escrituras,
gracias por revelarnos los secretos para poder llegar a ti y no ser quemados como
la cizaña,
Danos un espíritu fuerte como el tuyo, Señor, para poder
estar alertas a las invitaciones del maligno. Amén.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Mateo 13,24-43
Motivación: Frente a quienes esperaban a un Mesías que instaurase su Reino
eliminando a los malvados y reuniendo una comunidad de perfectos, Jesús invita a
ser prudentes y a tener paciencia ante las contradicciones humanas. Escuchemos.
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Cómo eran las semillas que había sembrado el dueño del terreno? ¿Cómo era la
siembra del enemigo?
¿Porqué los discípulos quieren arrancar la cizaña?
¿Cuál es la posición del dueño de la siembra ante la mala hierba? ¿Qué sucederá
cuando llegue la cosecha?
¿Con qué otras comparaciones habla Jesús del Reino? ¿hay algunas semejanzas
entre ellas?
¿Qué quería decir Jesús con el ejemplo de la cizaña y el trigo?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mc 4, 30-32; Lc 13, 18-21; Mc 4, 33-
34; Mt 8, 12 .
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: También en el interior de la Iglesia crecen juntos el trigo y la cizaña.
Su misión no consiste en juzgar precipitadamente, sino en ayudar a que el Reino
crezca y transforme la masa de este mundo.
¿He dejado que crezca en mi corazón la cizaña que ha querido sembrar el
maligno cuando no he estado atento?
¿Soy capaz de esperar con paciencia y bondad a que Dios juzgue a los que
hacen mal?
¿Creo en la Palabra como la semilla que debe cambiar la realidad del mundo en
que vivimos?
¿Qué puedes aprender de la paciencia de Dios frente a la experiencia del mal
presente en la Iglesia y en la sociedad?
¿En mi comunidad, familia, grupo, soy parte del trigo que da frutos buenos o
soy parte de los que están llenos de cizaña?
¿Qué mensaje te deja la parábola del grano de mostaza (13,31-32)? ¿qué te
sugiere?, ¿a qué nos compromete?
A la luz de la parábola de la levadura (13,33), ¿cuál es la misión que el Señor
nos deja?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: San Pablo nos recuerda nuestra incapacidad para orar como es
debido. Unámonos al gemido del Espíritu para que el Señor suscite en nosotros las
actitudes adecuadas para construir su Reino.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias
o la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
doming o (Salmo 85).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente exhorta a las Hijas de la Caridad a vivir en cordialidad y
respeto, imitando la paciencia de Dios expresada en la parábola del trigo y la
cizaña:
Les decía hace un momento que permanecer en la Compañía con unión y
cordialidad, es estar en un paraíso; también les digo lo contrario: estar en la
Compañía sin esas virtudes sería un pequeño infierno. Hijas mías, ténganlo por
seguro, porque el diablo, que es sembrador de cizaña y de desunión, estaría entre
ustedes. Estaría entre ustedes si, al no soportarse mutuamente, dijesen: “Esta
hermana tiene tan mal humor…” Hijas mías, hoy esta buena hermana tiene alguna
pena en el espíritu o alguna molestia que la hace menos asequible que de
ordinario; ¿por qué dicen que tiene mal humor? Quizás mañana estarás tú en esa
misma situación. Si hoy no tienes caridad con ella, ¿cómo quieres que ella la tenga
mañana contigo? Si dos hermanas están juntas en estas disposiciones, díganme,
por favor, ¿no es esto un infierno? Vean cuánta importancia tiene la práctica de
estas dos virtudes, el respeto y la cordialidad. Hay que pedírselas muchas veces a
Dios. Sólo él puede darles esta gracia de la que tanta necesidad tienen. (IX, 156)
Compromiso: Durante la semana, ver en los demás la imagen de Cristo,
siendo bondadoso y misericordioso, dejando que sea Dios quien juzgue
sus actos .
Oración final
Dios Padre nuestro, que eres grande y haces maravillas con todos; Tú nos dices
que siempre nos tenemos que esforzar, como el labrador que siembra la semilla,
para hacer presente el Reino de la verdad y de la justicia; que tu Amor y tu Espíritu
vengan en nuestra ayuda, acojan nuestro trabajo y le den plenitud, de manera que
entre todos podamos hacer un mundo mejor, un mundo de hermanos, según es tu
voluntad.
Que llegue a Ti, Dios Padre, nuestra gratitud por todo lo que nos das en Jesús y en
el Espíritu. Ayúdanos en la dificultad y haznos de verdad testigos de tu Amor,
trabajadores de tu Reino de vida, de justicia y de misericordia. AMÉN.
Con permiso de somos.vicencianos.org