XVI Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Jueves
Lecturas bíblicas
a.- Jr.2,1-3.7-8.12-13: Me abandonaron a mí fuente de agua viva.
b.- Mt. 13, 10-17: A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del
Reino de los cielos y a ellos no.
Este pasaje del evangelio, responde a la inquietud: ¿Por qué Jesús habla en
parábolas? A Mateo le interesa ahora profundizar la doctrina enseñada al pueblo y
la instrucción dada a los discípulos. Tenemos la impresión que Jesús usó las
parábolas, para no ser comprendido o para que la verdad fundamental del
evangelio, no llegase a todos, sino a un grupo reducido de escogidos. Lenguaje
secreto, no como abierta instrucción sobre el reino de Dios, fruto quizás, de la
incredulidad manifestada por el pueblo, por ello usaba las parábolas. La respuesta
de Jesús, a vosotros se os dado conocer los misterios del Reino de Dios, en cambio,
a ellos no (v.11). Se habla de misterios, ¿cuáles? No se dice claramente lo que es
el reino de Dios, no se impone a la gente, no supera al hombre. Es un misterio sólo
conocido por el oyente solícito y por él reconocido; Jesús llama a todos sin
excepción. Pero es allí, en diferentes tipos de campos, donde se decide si se acepta
o no, el mensaje Jesús, si la semilla de la palabra echa raíces, da frutos, o se pierde
pronto o en un tiempo determinado. Con el término misterios se alude a la
explicación de las parábolas (cfr. Mt.13,18-23; 36-43), la que se confía a los
discípulos (vv.18.36). Esta realidad será para los que se abren al Espíritu pero
también para los que ya son sus discípulos. Jesús alaba a los discípulos porque ven
y oyen, como conviene, lo que ven es a Jesús y su palabra, ahí está la mejor
explicación del reino de Dios (vv.16-17). Se presenta el misterio de la vocación y de
la elección sobre lo cual el hombre no pide cuantas a Dios (Rm. 9, 19s). Está
abierto el camino para dar frutos al oyente bien dispuesto en lo interior.
Conocimiento y participación en el reino de Dios para los discípulos sigue siendo un
misterio, todavía seguirá siendo pura gracia la lección y la participación (Ex. 33,
19s). El evangelista a￱ade: al que tiene se le dará…(v.12), es decir, Dios prodiga
sus bienes libérrimamente hasta conseguir la vida eterna. A los no dispuestos, se
les quitará hasta lo que creen poseer hasta que en día del Juicio, lo pierdan todo. Es
el infierno del sinsentido; la decisión respecto a Jesús es radical. Habla en
parábolas porque “viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden” (v. 13; cfr. Is.
6,9-10). Jesús contesta ahora directamente la pregunta de los discípulos. Isaías
había recibido el mandato de Yahvé de endurecer el corazón de Israel, porque no
obedeció la alianza con el Señor. Dicha aniquilación comienza con no querer ni ver
ni oír, es decir, con el endurecimiento del corazón. Como con el profeta, también
con Jesús aparece el misterio de obstinación. De ahí que el lenguaje sea en
parábolas; no se quieren salvar, por lo mismo, se hacen culpables (v. 15, cfr. Mc.
4,11s). Jesús declara dichosos a los discípulos porque ven y oyen. Muchos quisieron
ver y oír lo que ellos ven y escuchan (cfr. Mt.13,11). Se pasa del adviento que fue
para los profetas y la venida, es decir, esta manifestación que ellos no conocieron
pero sí los discípulos, por eso ahora son dichosos (cfr. Mt. 23,29; Rom.16,25;
Ef.3,4-5; Col.1,26). De ahí que ven y conocen, oyen y entienden porque en y con
Jesús experimentan el misterio de Dios (cfr. Col.1, 24s), en su Iglesia.
Santa Teresa de Jesús, es una de los bienaventurados que conoció los secretos del
Reino de Dios, porque acogió la salvación que Cristo le ofrecía en la oración.
“Miradle resucitado… ¡qué victorioso! ¡qué alegre! Como quien tan bien sali￳ de la
batalla adonde ha ganado un gran reino, que todo le quiere para vos, y así con él.
Pues ¿es mucho que a quien tanto os da volváis una vez los ojos a mirarle?”
(Camino 26, 4).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD