XVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Luis María Martínez Sanjuan, C.M..
La semana pasada los niños en Guadalupe les preguntábamos: ¿Dónde está tu
tesoro? Hoy te lo pregunta el Evangelio, digo, Jesús a ti. Porque seguro que tu o le
dices a alguien “tesoro”, o tienes un tesoro. Y seguro que no heces como aquel de
los talentos que por miedo y para que no se lo quitaran lo escondió y lo guardó
para él sólo.
Jesús quiere sembrar en todos un interrogante decisivo: ¿No habrá en la vida un
“secreto” que todavía no hemos descubierto? // ¿Será Dios un tesoro más bello y
atractivo, más importante y verdadero que todo lo que nosotros estamos viviendo y
disfrutando?
¿Cuánto tienes tú de “pobre labrador” o de rico comerciante?
Otro asunto…El otro día me decía una persona que de vez en cuando nos conviene
tener algún fracaso, alguna decepción, algo que nos sale mal, porque de esa forma
puede ser que demos importancia a lo que realmente lo tiene y pongamos nuestra
confianza en Dios. Este debía de estar fuera de este mundo, ¿no te parece?
Bueno, vamos con otro tema que tiene poco que ver con… ¿Quién ganará el
próximo campeonato del mundo, Jesucristo o los anticristos, esos que llamamos
«ídolos»? Y en tu vida, ¿quién está ganando, quien te va a ganar, quien va en
primer lugar en tu carrera?
En un pueblo de Navarra una mujer pedía en tiempos del Vaticano II: – Por los
padres del Concilio, pa que ganen. Pues yo rezaré por ti: Pa que ganes.
¿Puedo contar contigo como un pequeño tesoro? Yo voy a procurar, haciendo caso
a Jesús, ser tu amigo-tesorico. Con cariño de amigo: Luis Mari
P. D. No sé si vale. Pero alguien me ha dicho que el Reino de Dios está oculto en
Jesús.
Con permiso de somos.vicencianos.org