Comentario al evangelio del jueves, 14 de agosto de 2014
Queridos amigos:
El profeta Ezequiel realiza dos acciones simbólicas para ilustrar el rumbo que tomarán los
acontecimientos en Judá y Jerusalén. Haciendo una especie de escenificación, Ezequiel da a entender
que hasta el mismo rey de Judá buscará huir, pero no escapará al castigo. La consecuencia de la
invasión definitiva será el hambre y la muerte.
En el evangelio se habla de perdón. En la comunidad debe reinar la paz, bien porque no hay ofensas o
porque se busca la reconciliación. Si un miembro de la comunidad cristiana se niega a reconciliarse,
será como un extraño a la comunidad y los responsables tienen el derecho de excluirlo mientras
permanezca en esa actitud.
La referencia al perdón y a la reconciliación se completa con una instrucción sobre la oración
comunitaria. La comunidad orante es el lugar privilegiado de la presencia de Jesús.
A la pregunta «aritmética» de Pedro responde el Señor en el mismo terreno, saltando de un número
generoso a otro indefinido. Y lo aclara con una parábola que se complace en presentar los contrastes
extremos.
La venganza era una ley sagrada en todo el Antiguo Oriente y el perdón, humillante; pero, para el
cristiano, la contrapartida de la venganza es solamente el perdón sin límites.
La deuda de diez mil monedas de oro, impagable, en todo caso, simboliza la situación de toda persona
a quien Dios perdona por pura gracia. La actitud del siervo despiadado retrata la mezquindad del
corazón humano. Unos a otros nos debemos «cien monedas», una ridiculez en comparación con lo que
nos ha sido perdonado.
¿Cuál debe ser nuestra reacción frente al prójimo? Dios nos regala la gracia de su perdón de una
manera insospechada. Quien haya experimentado la misericordia del Padre no puede andar calculando
las fronteras del perdón y hasta dónde debe acoger a los hermanos.
En la liturgia de la Misa de hoy se recuerda a un santo admirable en su altruismo, San Maximiliano
Kolbe https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=1ivk2YPPi7o
La entrega de su vida para sustituir a un compañero de prisión en la celda de castigo y de muerte,
define la vida de este gran santo polaco.
Carlos Latorre
Carlos Latorre, cmf