Lectio Divina: Fiesta. La Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre)
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
Tanto amó Dios al mundo
LA PALABRA HOY: Números 21,4b-9; Salmo 77; Filipenses 2,5—1; Juan 3,13-17
Ambientación: Una cruz con la frase: Tanto amó Dios al mundo
Cantos sugeridos: Victoria, tú reinarás;
Ambientación
Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320, por parte de
Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús.
No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con
el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.
Oración inicial
Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de Cristo tu Hijo,
concédenos, a los que hemos conocido
en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los frutos de su redención.
Señor Jesús,
que en tu cruz nos entregaste tu Espíritu
para que los creyentes no viviéramos
huérfanos de ti,
derrámalo de nuevo,
hoy,
para que acojamos el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de salvación.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13-17
Motivación: La cruz es el mayor abajamiento del Hijo y su mayor exaltación, pues
es ahí donde nos mostró que su amor no tenía límites. Esa humillación de morir en
cruz, siendo el Hijo amado del Padre, fue el comienzo de su glorificación, pues el
Padre mismo lo “levantó” de entre los muertos y lo resucitó como primicia de
nuestra propia resurrección. Escuchemos.
Forma de leerlo:
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Preguntas para la lectura
¿Qué fuerza mueve a Dios entregar a su Hijo en la cruz?
¿Cuál es la condición que pone Jesús para tener vida eterna?
¿Cuál es la misión de amor que Dios Padre le confía a Jesús?
Otros textos bíblicos para confrontar: Rom 8,32; 1 Jn 4,9.ss; Jn 12,47 .
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: El evangelio de hoy nos ayuda a plantearnos el tema de la vida con
mayor profundidad: vivir desde la fe en Jesús, vivir conforme a la verdad, vivir en
plenitud. Nuestra meditación se inspira en el amor inmenso de Dios manifestado en
la cruz.
¿Qué idea tengo del amor de Dios?
¿Qué afirma Jesús sobre lo que Dios ha hecho por nosotros?
¿La Cruz de Cristo es para mí la muestra del amor más grande? Mi propia cruz,
¿es signo de amor?
¿Qué sentimientos provoca en mí saber que el Padre busca salvar y no
condenar?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios por nosotros, es exaltar la
victoria del amor y de la misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su amor, por la vida que nos da.
También es de petición: Seños, aumenta nuestra fe.
Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra
oración (o todos juntos)
Se puede, también, proclamar el salmo de este domingo.
Como gesto, podemos acercarnos y besar la cruz que ambienta nuestra
celebración.
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación : Para san Vicente, Sólo cuando se acepta morir con Cristo se
encuentra la fuerza para vivir como discípulo suyo. La verdadera santidad brota de
la cruz, donde el poder de Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué llama de amor! Jesús
mío, dinos, por favor, qué es lo que te ha sacado del cielo para venir a sufrir la
maldición de la tierra y todas las persecuciones y tormentos que has recibido. ¡Oh
Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta nosotros y hasta un suplicio infame!
¿Quién ha amado en esto al prójimo más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de pecador, a llevar una vida de sufrimiento y
a padecer por nosotros una muerte ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién
podría amar de una forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido
dejarse arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre para
venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué? Para establecer
entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad con el prójimo. Este amor fue
el que lo crucificó y el que hizo esta obra admirable de nuestra redención.
Hermanos míos, si tuviéramos un poco de ese amor, ¿nos quedaríamos con los
brazos cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa, sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)
«¡Oh cruz!, ¡oh sufrimientos! ¡qué amables sois, puesto que el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su Hijo, para adquirir por vuestro medio el poder de otorgar su
paraíso a los que las delicias habían arrojado de él!» (Santa Luisa de Marillac, 764,)
COMPROMISO: ¿En mi familia, comunidad, grupo, qué puedo hacer para amar
con un amor semejante al de Jesús crucificado?
Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.
Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.
Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en sacrificio. Amén.
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