XXV Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Jueves
Lecturas bíblicas
a.- Ecl. 1,2-11: Nada hay nuevo bajo el sol.
b.- Lc. 9,7-9: Herodes y Jesús.
En este evangelio vemos cómo la fama de Jesús llega hasta la corte del tretarca
Herodes Antipas (v.7; cfr. Mc. 6,14-16; Mt.14,1-2). Está inquieto. ¿Quién es
Jesús? La vida de Herodes, va en consonancia con la del Nazareno, ya que su
gobierno lo ocupa desde la muerte de su padre, Herodes el Grande, año 4 a.C.,
hasta el 39 d. C (cfr. Lc.13,31; 23,6-12). Todos se hacen esta pregunta,
comenzando por el pueblo, la corte de Herodes, los sacerdotes, etc. Le llegan tres
respuestas: que fuera Juan Bautista resucitado; otros Elías que para la tradición no
había muerto, sino que había subido al cielo, pero que volvería al final de los
tiempos (cfr. 2Re. 2,11). Herodes no cree en la resurrección, como los filósofos,
que escuchaban a Pablo tampoco le creyeron cuando anunciaba la resurrección de
Jesús en Atenas (cfr. Hch. 17, 32; 26,24). La última se refiere a la resurrección de
alguno de los antiguos profetas (v.8). Estas expectativas responden a las
expectativas judías, la que consideraba que Moisés, Elías o Jeremías podían volver.
Herodes recordaba que lo había mandado a matar (v. 9), por lo tanto, descarta la
primera de las respuestas. La pregunta permanece: ¿Quién es Jesús? Busca una
respuesta: Quiere verlo (v.9). Quiere verlo para hacerse un juicio, ver su persona,
sus obras, sus milagros, quizás hablar con ÉL. La gente se quedaba con que por la
personalidad de Jesús, era lo más semejante a un profeta. El tetrarca debe seguir
el mismo camino de los discípulos que luego de la tormenta en el lago se preguntan
quién puede ser este hombre que con su palabra calla la violencia de los vientos y
calma las aguas, puesto que le obedece (cfr. Lc. 8, 25). Mientras Herodes puede
temer que alguien cuestione su poder, los discípulos se seguirán interrogando,
acerca de Jesús desde su propia experiencia de salvación. Conocer a Jesús, no
consiste en saber datos, sobre Él sino que conocerlo sólo por el camino de la fe.
Jesús vive hoy cerca de nosotros en la Palabra, en la Eucaristía, y en la comunidad
eclesial hecha de hombres y mujeres, espacios notables para conocerlo mejor y
escucharlo y seguirle por el camino de la oración y acción hechas en su Nombre.
Trae la salud, la salvación, la vida nueva para el que crea y tenga una fe
ilustradísima.
Teresa de Jesús, conocedora del querer de Dios: “Diréis que esto no es convertir,
porque todas son buenas. ¿Quién os mete en eso? Mientras fueren mejores, más
agradables serán sus alabanzas al Señor, y más aprovechará su oración a los
prójimos. En fin, hermanas mías, con lo que concluyo es que no hagamos torres sin
fundamento, que el Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con
que se hacen; y, como hagamos lo que pudiéremos, hará Su Majestad que
vayamos pudiendo cada día más y más, como no nos cansemos luego, sino que lo
poco que dura esta vida, y quizá será más poco de lo que cada una piensa, interior
y exteriormente ofrezcamos al Señor el sacrificio que pudiéremos, que Su Majestad
le juntará con el que hizo en la Cruz por nosotras al Padre, para que tenga el valor
que nuestra voluntad hubiere merecido, aunque sean pequeñas las obras.”
(4Moradas 1,15).
Padre Julio Gonzalez Carretti OCD