Lectio Divina: XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
¿De qué parte está Dios?
LA PALABRA HOY: Isaías 45, 1.4-6; Salmo 95; 1 Tesalonicenses 1,1-5; Mateo
22,15-21
Ambientación: Unas monedas y sobre ellas una Biblia grande abierta. Frase: A
Dios lo que es de Dios
Cantos sugeridos: A Dios den gracias los pueblos; Anunciaremos tu Reino
Ambientación
Dios es el único Señor de la historia. Ningún poder en la tierra es digno del culto
que a él sólo hay que ofrecer. Los creyentes no debemos de separar nuestra
condición de cristianos de nuestra condición de ciudadanos, pero tampoco debemos
confundir estas dos condiciones. Somos a la vez miembros de la Iglesia y de la
sociedad civil.
Oración inicial
Señor Jesús,
Tú que has sabido vivir de manera plena
la voluntad del Padre,
que has sabido darle a Él el lugar
que debe tener en nuestra vida,
que nos has enseñado la manera de realizar
el proyecto de amor del Padre,
te pedimos que nos des valentía
para dar testimonio de ti en nuestro medio,
que nos des integridad para manifestar
con nuestra vida aquello que corresponde al Evangelio;
que nos des entereza para que demostremos
con nuestra vida y nuestras acciones
que tus enseñanzas son vida
y plenitud germen de nueva sociedad para todos.
Ayúdanos Señor, a que nuestra fe
coopere en la construcción de una sociedad
cada vez más justa y fraterna,
más solidaria y participativa. Amén
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Mateo 22,15-21
Motivación: Una vez más, los fariseos, estrictos cumplidores de la ley, se ponen
ante Jesús para tenderle una trampa. Tras la buena intención de cumplir con la ley
se oculta la mala intención de que se le pueda condenar por incitar a la rebeldía
social. Pero Jesús con sus palabras invita a entender que desde la creación del
mundo, el ser humano tiene impresa la imagen de Dios. Escuchemos.
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿A quiénes dirige Jesús esta parábola?
¿Quiénes son los que preguntan a Jesús? ¿Cómo se dirigen a él?
¿Qué preguntan a Jesús los enviados de los fariseos?
¿Cómo responde Jesús?
¿Qué sentido tiene la respuesta de Jesús?
Otros textos bíblicos para confrontar: Marcos 12, 13-17; Lucas 20, 20-26;
Hechos 25,29 .
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: También para nosotros las palabras de Jesús son un llamado de
atención. Hoy nos obligan a reflexionar acerca del reinado de Dios y su señorío
sobre la historia y sobre nuestras vidas.
¿En qué cosas concretas se puede ver que le reconocemos a Dios como nuestro
único Señor?
¿Cuáles son las cosas de este mundo que a veces en mi corazón ocupan el lugar
de Dios?
¿Qué significa para mí dar a Dios lo que es de Dios?
¿Qué hemos de trabajar en nuestra vida para que los que nos rodean puedan
ver en nosotros la “viva imagen de nuestro Padre Dios”?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Somos imagen de Dios. Nos ha marcado con su sello y somos suyos.
Por eso no tenemos ningún ídolo y afirmamos el señorío de Dios sobre nuestras
vidas. Le damos gracias porque se ha fijado en nosotros y le pedimos perdón por
las veces que nos postramos ante los ídolos que nos fabricamos.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias
o la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
doming o (Salmo 95).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente enseña a sus discípulos cómo honrar el señorío de Dios,
contemplando a Jesucristo:
He aquí una descripción del espíritu de nuestro Señor, del que hemos de
revestirnos, que consiste, en una palabra, en tener siempre una gran estima y un
gran amor de Dios. Jesucristo estaba tan lleno de él que no hacía nada por sí
mismo ni por buscar su satisfacción: hago siempre la voluntad de mi Padre; hago
siempre las acciones y las obras que le agradan. Y lo mismo que el Hijo eterno
despreciaba el mundo, los bienes, los placeres y los honores, por ser ésa la
voluntad del Padre, también nosotros entraremos en su espíritu despreciando todo
eso como él.
Así pues, hermanos míos, hemos de trabajar en la estima de Dios y procurar
concebir un aprecio de él muy grande… y a medida que lo vayamos apreciando, lo
amaremos más; y ese aprecio y ese amor nos darán un deseo continuo de cumplir
siempre su santa voluntad, un cuidadoso esmero por no hacer nada en contra suya
y un gran alejamiento de las cosas de la tierra, despreciando todos sus bienes. (XI,
411-412)
Compromiso:
Dar a Dios lo que es de Dios implica profundizar cada día más en mi
relación con él. Dedicar un mayor tiempo para la oración y la meditación
de su Palabra en esta semana.
En nuestro grupo, comunidad: elaborar un mural con las idolatrías del
mundo actual y colocarlo en un lugar visible, que invite a la reflexión.
Oración final
Ilumíname y dame tu gracia Señor…
para saber actuar de acuerdo a tu voluntad…
para ser presencia tuya donde esté…
para saber vivir de acuerdo a la verdad y la justicia…
para ser recto en todas mis acciones…
para buscar la verdad…
para ser sincero conmigo mismo…
para denunciar las injusticias…
para actuar con rectitud…
para manifestar tu proyecto de amor…
para hacer de mi fe un estilo de vida…
para que otros te encuentren por mi compromiso…
para vivir con tus mismos sentimientos…
para no dejarme seducir por lo que es secundario…
para buscar el reino de Dios y su justicia…
para saber distinguir lo que es Dios de lo que es del mundo… AMEN
Con permiso de somos.vicencianos.org