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TRISÉGIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Par. Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Ex. 22, 21-27: Si explotáis viudas y hermanos, se encenderá la
ira contra vosotros.
b.- 1Tes. 1,5-10: Abandonasteis los ídolos para servir a Dios y
esperar la vuelta de su Hijo.
c.- Mt.22,34-40: Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti
mismo.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en
nosotros: Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar
su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta
semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe,
esperanza y caridad; y para conseguir tus promesas, concédenos
amar tus preceptos. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “Cuando los fariseos oyeron que había tapado la boca a los
saduceos, se reunieron todos a una, y uno de ellos, experto en la
Ley, preguntó para tentarlo: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento
es más importante en la Ley?” (Mt. 22, 34-36).
El evangelio, nos presenta cómo Mateo, inserta la discusión sobre el
mandamiento principal de la Ley en el contexto de una polémica en
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Jerusalén con los jefes del pueblo. Reunidos los fariseos, uno de ellos
le pregunta para ponerle a prueba, acerca de cuál es el mandamiento
más importante (vv. 34-40). La respuesta la conocían todos, pero lo
que dijera Jesús, la interpretación que diera iba a dejar descontentos a
una parte de los grupos religioso y político de Israel de aquel
momento. En ese momento los preceptos eran 613, de los cuales 365
eran negativos, y 248 positivos. Se sabía que lo central era el amor a
Dios, repetido varias veces al día, en la oración del Shemá, pero a
otros mandamientos se le atribuía la misma importancia. Lo novedoso,
es que Jesús, une ambos preceptos en lo que se refiere a Dios y al
prójimo. Jesús, centra toda la Ley y los profetas en la observancia de
estos dos únicos preceptos (cfr. Dt.6,5; Lv.19,18.34). Define el amor a
Dios, y al prójimo, como lo esencial de la ley y los profetas, tema algo
olvidado por escribas y fariseos, perdidos en su casuística. Su palabra
ilumina la relación con Dios y el prójimo, el sentido de cómo vivir estas
relaciones vitales para la fe. Su respuesta está en la línea de la
Escritura, donde hay una jerarquía entre los mandamientos, y
absolutamente el amor a Dios es lo primero, pero, el segundo es
semejante al primero (v. 39). Ahí se encuentra el cimiento, las
columnas, que sostienen toda la Escritura.
- “De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los profetas”
(v. 40).
La ley y los profetas, quiere expresar la voluntad viva de Dios
manifestad en la Escritura. En este nuevo mandamiento se contienen
todos los demás mandamientos, o si se quiere, todos ellos se pueden
sintetizar en estos dos mandamientos. Quien los guarda, cumple con
la ley y con la voluntad de Dios. Toda la moral cristiana está basada
en el amor. Nacimos no sólo para obedecer a Dios, sino para amarle;
somos hijos, libres, que por amor optan por Dios, núcleo de la
verdadera piedad. El amor y servicio del cristiano al prójimo no posee
fronteras (cfr. Lc.5,45; Lc.20,28; 1Jn.41-46). Sólo el amor es eterno, y
comunica su esencia a quien lo acoge, convirtiendo al cristiano en
amor que ilumina, cual lámpara, en la Iglesia de Dios y en la sociedad.
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b.- Meditación. ¿Qué me dice el texto? ¿Qué palabra o hecho de
este evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto.
“Amarás al Se￱or…” (v.37). Recordar este mandamiento para mí es
lo fundamental de ahí comienza la respuesta a su infinito amor,
cumplirlo de veras, conlleva purificación del corazón, opciones
radicales a la hora de dejar amores que no conducen a nada.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor a propósito de este texto?
Escoge una palabra del texto con la que inicias tu oración
personal.
“El segundo es… amarás a tu pr￳jimo como a ti mismo” (v.38),
Señor perdona y ama, en mi corazón a todos los que me cuesta amar.
Favorece y bendice a todos los que diariamente se cruzan en mi
camino. Te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este
evangelio?
- A cumplir este único mandamiento de tu santa Ley, como lo hizo
Jesús, Hijo y Maestro, tus testigos predilectos, los Santos.
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje
evangélico: S. Teresa de Jesús, procura que sus comunidades de
frailes y monjas se cumpla este precepto del amor a Dios y al prójimo.
“¿Qué pensáis, hijas, que es su voluntad? Que seamos del todo
perfectas, que para ser unos con él y con el Padre, como Su Majestad
le pidió (Jn. 17,22), mirad ¡qué nos falta para llegar a esto! Yo os digo
que lo estoy escribiendo con harta pena de verme tan lejos, y todo por
mi culpa; que no ha menester el Señor hacernos grandes regalos para
esto, basta que nos ha dado en darnos a su Hijo que nos enseñase el
camino. Acá solas estas dos nos pide el Señor: amor a Su Majestad y
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del prójimo es en lo que hemos de trabajar; guardándolas con
perfección, hacemos su voluntad, y así estaremos unidos con él. Mas
¡qué lejos estamos de hacer como debemos a tan gran Dios estas dos
cosas, como tengo dicho! Plega a Su Majestad nos dé gracia para que
merezcamos llegar a este estado, que en nuestra mano está, si
queremos.” (5M 3,7).
6.- Padre Nuestro
7.- Abrazo de la paz
8.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).
Página Web de la Parroquia Virgen del Carmen:
www.carmelitasvina.cl.