XXX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
SIN SUCEDÁNEOS, NI ADORNOS QUE OCULTEN LA RADICAL VERDAD
Padre Pedrojosé Ynaraja
Saduceos y simpatizantes de Herodes eran prácticamente gente de la misma
calaña. Los fariseos eran otra cosa, tenían contabilizados los preceptos que
aparecían en el conjunto de la Ley. 613 son muchos, pero ni uno más, ni uno
menos, exactamente estos. Creían también en los ángeles y en la resurrección.
Eran patriotas a rajatabla. Admirables, se creían ellos. Orgullosos, en consecuencia.
Os advierto que de la tendencia saducea, los “bon vivant” de aquel tiempo, no han
quedado restos en el mundo judío actual, según leo. La comunidad judía de hoy,
sefardíes y askenazis, habrían heredado lo bueno de los fariseos, de aquí ciertas
costumbres que al enterarnos nos chocan.
A estos intelectuales de criterios estrictos, indomables, cultos, prepotentes y
satisfechos de sí mismos, también les molestaba el Señor. Habían oído que le
llamaban Rabí, pero ellos no sabían quién le había otorgado el título y, para colmo,
era galileo. El clasismo, no lo olvidéis, está presente siempre entre los que de una
manera u otra se creen selectos, aunque lo sean. A ellos no se les escaparía este
intruso, comentaban en voz baja.
Lo mejor era acudir a lo más elemental, aquello que parece que es infantil por su
sublimidad y sencillez:
-¿Cuál es el mandamiento fundamental de la Ley?
Cualquier satisfecho de su doctorado hubiera contestado con peroratas y
argumentos propios de una maciza tesis. Pues, no. Jesús contesta con las palabras
que su Madre le había enseñado de pequeño y que como buen judío recitaba tres
veces cada día. Su respuesta es elemental: la Shemá. Para que me entendáis, es
como si un intelectual tildado de herejía nos respondiese afirmando que lo
fundamental de su Fe está en el Padrenuestro. ¿Quién se atrevería a condenarlo?
El Maestro añade a la Shemá: amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y de aquí con
destreza y honradez se deduce lo demás. Esta segunda parte no era ajena a la
mentalidad judía. La actitud respecto a los demás que en principio era hostil. Muy
posteriormente se dirá en el mismo sentido: homo hominis lupus (el hombre es un
lobo para el hombre). No se atrevían a tanto aquellos fariseos. Habían estudiado
como gradualmente se les había ido desvelando en el mensaje revelado, la actitud
que debían tener ante el prójimo. Amor: primero si era a uno de su estirpe,
después, poco a poco, cierto respeto y aprecio a los otros, vinieran de donde
vinieran.
Pese a jugar en campo propio, está vez, habían sufrido nueva derrota, lo mejor era
retirarse discretamente y esperar momentos más propicios. A nosotros hoy nos
toca examinar nuestro comportamiento a la luz de los dos preceptos que van tan
unidos, que no se sostiene uno sin el otro.
P.D. Como hoy este mensaje comentario me ha salido corto, os añado a modo de
ilustración las palabras de la Shema
Empieza así en hebreo : Shema Israel adonai elohenu adonai ejad…
El significado del texto es el siguiente : Oye, oh Israel. Di-s es nuestro Señor,
Dios es Uno. Amarás al Eterno tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma y
toda tu fuerza, grabarás en tu corazón las palabras que te ordeno hoy, las
enseñaras a tus hijos y las meditarás estando en tu hogar y andando por tu
camino, al acostarte y al levantarte, las atarás por señal sobre tu brazo y
por ornamento sobre tu frente; las escribirás en el acceso de tu morada y
en tus portales.