XXX Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Introducción a la semana
Las lecturas de las eucaristías de esta semana, excepto la de la fiesta de los
apóstoles Judas y Simón, pertenecen a la lectura “continua”. En la primera
lectura nos encontramos con textos de la carta de Pablo a los Filipenses. Se nos
ofrece a partir del versículo 32 del capítulo 5. Por ello no aparece el texto más
significativo de esa carta, el himno de 2,6-11. Es una carta que Pablo escribe
agradeciendo los servicios que siempre ha prestado esa comunidad de Filipos.
Más que una carta doctrinal es una expansión de su corazón agradecido, a la vez
que les ofrece consejos prácticos para la buena convivencia entre cristianos.
Para entenderlos mejor, en concreto los que se refieren a las relaciones entre
marido y mujer y entre amo y es clavo no podemos olvidar el momento de la
historia en que están escritas. Los textos evangélicos, de san Lucas, ofrecen
catequesis de Jesús en su camino hacia Jerusalén. Una vez más aparecen las
diferencias entre líderes religiosos y Jesús respecto al sábado, además parábolas
para describir el Reino de Dios, las exigencias que se ha de imponer quien quiera
entrar en ese Reino. Y como algo más curioso las expresiones duras de Jesús
referidas a Herodes, de cuyas intenciones aviesas hacia él le previenen los
fariseos.
Simón y Judas merecen una fiesta. Judas firma una epístola del Nuevo
Testamento. En no pocos países existe una honda devoción a este apóstol.
Simón es apóstol apasionado a quien se le apellida “Zelotes”. En esta semana
seguiremos recordando a la misión ad gentes de la Iglesia. Es decir: las
misiones.
Con permiso de dominicos.org