TODOS LOS FIELES DIFUNTOS ( Solemnidad )
¡Señor de Vida! Morimos para vivir y gozar eternamente contigo.
- Ayer, Día de Todos los Santos, nos invitaba la Iglesia a celebrar a
sus mejores hijos, a los que ya alcanzaron la Vida perdurable.
Hoy quiere que, desde las luces de la Fe, reflexionemos sobre ese
final de nuestra vida terrena y nos acordemos, especialmente, de esos
seres queridos que nos dejaron y que pudieran todavía permanecer en
la Iglesia purgante y estar necesitados de nuestros sufragios para
conseguir definitivamente la eterna bienaventuranza.
- Es una realidad lamentable que, (incluso entre cristianos de Fe débil)
este Día de los Difuntos, no pase de ser un día para tener un gesto o un
recuerdo nostálgico de sus seres queridos y desaprovechen la ocasión
de ofrecerles oraciones y sufragios que sabemos, desde nuestra Fe, les
pueden ser tan necesarios y provechosos.
- Para nosotros, gracias a Dios, los que creemos y confesamos estas
verdades fundamentales de nuestro Credo:
- “ Creo en la Resurrección de la carne...”
- “Creo en la vida perdurable...”
- “Creo en la Comunión de los San tos...”
¡Ha de ser un día lleno de Esperanza, un día positivo y grandemente
efectivo para nuestros seres queridos porque sabemos que, con
nuestros sufragios podemos adelantarles la hora de gozar
definitivamente de Dios y de la Vida perdurable!
- ¡Qué sencilla y elocuentemente señalaba San Agustín la diferencia
que hay entre la forma humana de recordar a un ser querido un
hombre sin Fe, y la de los que, gracias a Dios, gozamos de la Fe y la
Esperanza en la Vida eterna. Con estas pocas palabras lo expresaba él:
“Una lágrima se seca, una flor se marchita..., pero la oración llega
al corazón de Dios”.
- Y no olvidemos que la Oración por antonomasia es la Santa Misa.
Guillermo Soto